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Con el labio roto y sangrando, un ojo morado, con el abdomen y costillas adoloridas, sus pulmones buscando aire y los ojos dejando fluir lágrimas constantes, Sana sólo intentaba conseguir aire de nuevo.

Vió a las chicas destrozar su cuaderno, luego buscar algunas cosas en su mochila para luego marcharse, dejándola allí.

Sana se permitió llorar, desahogando todo lo que pudo.

Sintió miedo cuando la puerta del baño se abrió de nuevo, pero cuando vió quien era quiso esconderse.

"Sa-" Tzuyu se congeló ante lo que sus ojos presenciaban.

Sana intentó alejarse, intentó levantarse pero sólo trastabilló.

"No, no, no, no..." Tzuyu se acercó hacia ella haciendo que se quedará sentanda en el suelo, notó cómo temblaba, con delicadeza, despacio, tomó el rostro de la chica para alzarlo "Puta madre..."

Sana estaba avergonzada, no quería que su única amiga la viera así, se sentía inútil, apenas se había separado de ella diez minutos y ya estaba toda magullada, luciendo horrible.

"Voy a matarlas" murmuró Tzuyu, levantándose para salir a romperle la cara a unas cuantas.

La mano de Sana atrapó la tela de la remera de la mayor, tirando suavemente.

Tzuyu se detuvo para mirarla, aunque su estado le rompía el corazón.

Sana negó, hizo unas señas que sabía que Tzuyu no iba a entender, pero las hacía sólo para decir algo.

"No me dejes"

Tzuyu volvió a arrodillarse frente a ella, y Sana lo agradeció.

Rodeó el cuello de Tzuyu con sus brazos, dejando su rostro sobre el hombro de la mayor.

Unas lágrimas de impotencia de acumularon en los ojos de Tzuyu.

Había prometido proteger a Sana, y no lo había cumplido.

Acercandose más a la chica, se dignó a hacer lo único que podía.

Pasó uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Sana, mientras la otra la sostenía por la espalda, cargandola de forma nupcial, salió del baño dispuesta a llevarla a la enfermería.

mute ✧ satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora