Razón número 6: No le gustan los niños y él a los niños tampoco. Parte 1.

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Mi hermana mayor tenía dos bellos bebés. Bueno, ya no eran tan bebés. Rebeca tenía 1 año y medio, mientras que su hermano mayor Arturo, estaba por cumplir sus 3 años. Y yo era su eterna esclava.

Si uno de los dos quería jugar, yo era la primera que se apuntaba para llevarlos al patio. Si uno quería algún juguete, yo era la primera que se ponía a ahorrar para comprarlo. Y deberían ver sus caras cuando me ven, sus ojitos se iluminan, y los dos salen corriendo para abrazarme. No hay nada en el mundo que me guste más que verlos siendo tan felices.

— Tíaaaa, Eca me está molestando musho.

Ese era Arturo. Algunas palabras todavía se le están dificultando mucho, así que no me sorprende que me hable como si la lengua se le hubiera dormido.

— Estoy segura de que tu hermana no te quiere molestar, sólo está jugando contigo, acuérdate que ella es más pequeña que tú.

Me senté en el sillón más grande de la sala mirándolos jugar. Al parecer a Rebe le gustaba tirar la torre de bloques que su hermano construía.

— Pues no me gusta que me moleste.

— Es normal, con el tiempo esto se le irá pasando y te aseguro que vas a extrañar que haga este tipo de cosas cuando estes más grande cariño.

— Mi mamá dice que tu la molestabas musho cuando eran niñas.

— Pues tu madre no recuerda las veces que ella me corto el cabello a mí.

Mi sobrino abrió su boca para contestar pero el timbre de la puerta no le permitió hablar. Me levante del sillón y le indique que no se moviera de lugar mientras llevaba a su pequeña hermana en brazos camino hacia la puerta.

— Si es otro de esos vendedores de catálogos por favor finge que te has hecho popo, y te prometo que te comprare todo el chocolate que te puedas comer. —susurré mientras le daba un beso en la cabeza y veía a mi preciosa sobrina sonreírme cómplice. — Por eso te amo.

Miré por la ventana antes de abrir la puerta y después de echar un vistazo, la cerré rápidamente.

— Es momento, empieza a llorar.

Agite un poco a la bebé mientras esta se reía a carcajadas y tiraba un poco de baba. Esta pequeña traidora me las va a pagar cuando tenga 15.

— Te acabo de oír bonita, abre la puertaaa.

Cerré los ojos con fuerza y le rece al cielo para que este loco se fuera lo más pronto posible. Suspiré y miré con seriedad a Rebeca, la iba a acusar con su mamá. Sin embargo, esta me sonrió de manera adorable y me pico un ojo riéndose.

Abrí la puerta después de pocos segundos donde me di más valor del necesario y le sonreí a Nic.

— Verás, pasaba por aquí y pensé, ¿Por qué no visitar a KeyKey mientras está descansan...¿Qué es eso? —su mirada iba dirigida a Rebeca quien lo miraba con la cabeza ladeada chupando uno de sus dedos.

— Hola, sí, estoy bien ¿y tú? ¿Cómo que, qué es eso? Veamos, tiene una cabeza, dos ojos, dos orejas, una boca...no lo sé, quizá un cocodrilo. —rodé los ojos— Un bebé, tonto. —Bufé pasando a Rebeca de un lado a otro, cabe aclarar que ambos no se quitaban la mirada de encima, hasta que Rebeca dio el primer paso y le pidió los brazos al hombre asustado que tenía enfrente.

— Bueno, es que, verás a mí no me van los niños, ya sabes, soy malo con ellos y...—Beca lo interrumpió lanzando un grito de emoción queriendo lanzarse a sus brazos, mientras se retorcía en los míos. — Ellos me aman y yo no los entiendo, son máquinas de popo y baba. Yo también soy una máquina de popo y baba, ¿Por qué me aman?

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2021 ⏰

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