Jardines verdes, llenos de paz,
Andando entre ellos, siguiendo tu caminar.
No sabía para dónde me llevaste,
Entonces, vertiginosa desorientación me creaste,
Te seguía, no obstante, tu me encontraste.
Tiritaban mis venas, helaba mi corazón,
Encendiste en mi una chispa, sin miedo, sin razón.
Yermos enteros se convirtieron en valles verdes.
Jamás antes sentí algo así ¿qué me hiciste?
Olas de pensamientos, tormentas de ideas trajiste.
Rompiste, la conexión entre el ser y querer ser.
Giraron las tuercas de este viejo motor oxidado y
En medio de la odisea...
...Encontró el amor aquel que nunca creyó ser amado.
