Ángeles y demonios- los opuestos se atraen (+18) [TERMINADA]

Capitulo 18: "Friccion parte II"

Narra Kevin:

Desperté al otro día, solo en mi cama...como siempre, con una resaca producto de la botella de vodka que pase como agua. Me estoy volviendo loco, no se que hacer para recuperar a Gwen «¿Algún día podré perdonarme a mi mismo haberla dejado ir?». Todos esos pensamientos se esfumaron cuando consulté la hora en mi reloj, tenía que dejar la angustia de lado, o por lo menos fingir que así era ya que debía ir a la reunión semanal de maestros. Estaba algo entusiasmado ya que cierta pelirroja estaría al frente de esta, estaba ansioso por verla, aunque sea por un rato y rodeados de otra gente, su sola presencia me hacia estar en las nubes. «Aunque después de la escena que monté ayer no estoy realmente seguro si ella quiere lo mismo».

Sali de mi apartamento tan rápido como terminé de ducharme, no llevaba mi traje de plomero opuesto, en lugar de eso tenía una camiseta negra y unos jeans oscuros ya que no era una reunión formal, si no informativa. Las reuniones suelen ser algo aburridas según me comento Lucy hace unos días, pero todos debíamos asistir de igual manera, de lo contrario la magistrado se enfadaria y nadie en su sano juicio quiere hacer enojar a Gwendolyn Tennyson. Sali con prisa comiendo una dona glaseada de camino, tenía el estómago roto por tanto alcohol, el día de ayer estaba tan triste que no me entro bocado alguno, sin embargo cuando desperté en la mañana un hambre voraz me invadió.

Estaba caminando por el ala Este en dirección al salon principal, cuando mi corazón se estrujo, observé a Cooper saliendo del apartamento de Gwen. «¿No le habia dicho que se fuera?¿Acaso Gwen volvio a dormir con el? La sola idea de imaginarla en la cama con el me daba arcadas, pero no pude evitar que eso pase por mi cabeza»  Cuando el rubio me vio pasar una sonrisa ladina se le formó en el rostro, yo solo lo mire de reojo y continue mi marcha, intentando no darle entidad a aquello para mantener mi cabeza fría, de lo contrario volvería a hacer una locura. Estaba furioso, no podía creer que después de todo lo que le dije a la pelirroja anoche ella durmiera con otro hombre, es obvio que se rio en mi cara. «Quiza solo le gustaba saber que yo muero por ella o quiere verme sufrir de algún modo». De todas formas, intente no darle demasiadas vueltas o definitivamente iba a volverme loco.

Cuando se abrió la compuerta del salon principal ante mi, me tope de frente con Lucy, quien al parecer venía de salida.

-Buenos días Kevin-. Me sonrió calidamente al mismo tiempo que apoyaba su mano en mi antebrazo.

-Buenos días Lucy-. Contesté fríamente, no tenía ánimos para coquetear.

-Uuuy ¿pasaste una mala noche acaso?-. Me observó algo preocupada, a juzgar por mis ojeras creo que lo dedujo bastante rápido.

-La mañana fue peor-. Le devolví una sonrisa forzada.

-¿Quieres que vayamos por un café y me platicas de eso?-.

-Prefiero que no, ya va a empezar la reunión-.

-Claro, no hay que llegar tarde-. Suspiro pesadamente. -Dime Kevin... ¿desde cuando cumples las reglas? Hasta donde yo se eres un rebelde sin causa-. Una sonrisa traviesa se formó en el labio de la menor, sin dudas mi reputación no era precisamente "impecable".

-He madurado, antes de los 23 era un completo idiota-. Contesté aún más distante que antes, realmente no estaba de humor para ese tipo de comentarios.

-Ya veo... ¡Ey! van a inagurar el bar de aqui a dos calles en la noche ¿Quieres acompañarme?-. Propuso un tan nerviosa, junto sus dedos y comenzó a mirar hacia abajo, mientras esperaba una respuesta de mi parte. Sinceramente estaba un poco inquieto, generalmente era yo quien invitaba a las chicas a salir, sin embargo a esta señorita le importaban un carajo los roles de género. «Y eso me gusta».