Nueve Meses [NamJin]

~Segundo Mes~

Las cosas en su hogar permanecían tranquilas.

NamJoon llegaba siempre tranquilo del trabajo.

Siempre encontraba a su esposo acostado o viendo algún programa de entretenimiento.

Siempre le recibía con una tranquila sonrisa y un beso en los labios.

Era todo siempre como imaginó que sería en el embarazo...

Y justo por eso sabía que algo andana mal.

No es que estuviese quedando paranoico, simplemente sabe que en definitiva, su esposo y él no eran completamente iguales.

Si bien el Omega era alguien ordenado y de gustos exquisitos, también solía ser muy animado y juguetón cuando ameritaba. Así que aquella aparente tranquilidad lo que le causaba eran escalofríos desde el talón de cada pierna hasta su cabello castaño.

-Jinnie, cariño ¿No te han visitado los chicos? Ya sabes... Por casualidad.

Entrecierra los ojos ganándose una ceja enarcada de parte del contrario. Oh, esa mirada, el morocho la conocía bastante bien, solamente decía una cosa.

Peligro.

-¿A qué viene la pregunta? -Inquiere arrugando su nariz ante la mirada ajena. Casi como supuesta olfatear la duda en cada poro del menor- No es como que ellos no tengan nada mejor que hacer. Sabes que están trabajando.

Señala con obviedad porque el horario laboral era siempre en las mañanas. Así que no había forma de que el otro Kim no se hubiese enterado. Después de todo, estarían visitándolo justo en los tiempos que el morocho está en casa.

-Bueno... Es que me parece extraño que no han pasado por aquí. Es todo.

Se encoge de hombros restando importancia, aunque muy arraigado en su pensamiento había algo que no cuadraba.

-Podrás mentirle a mi hermosa suegra que te trajo al mundo desde su antes virginal cuerpo. Pero a mí, no me mientes. ¿Que te traes entre esas morenas manos tuyas?

El Kim menor llevar una mano a su pecho en forma indignada. ¿Cómo podía siquiera pensar que él estaba mintiendo? Bueno, quizás no estaba diciendo toda la verdad, pero eso no era una mentira.

Solamente estaba omitiendo información comprometedora. Sí, justamente eso. Pero no es mentira.

-Me ofende que pienses que te estoy mintiendo, a ti, al hombre que amo con todo mi corazón, al Omega con quién comparto lazo, al padre de mi hijo o hija, con quién pasó cada una de mis noches incluyendo cuando estamos en celo y tú g...

No pudo terminar, eso debido al libro que había golpeado su rostro. Bien, quizás si se había excedido. ¡No no había razón para pegarle!

-¡Oye!

Tiró a un lado el libro que le habían lanzado y observó el rostro algo enojado peor gracioso del mayor.

-Eso te lo ganaste por hablar de más.

No ocultó su sonrisa. Ahora soltó carcajadas por la desgracia ajena. Bien ganado se lo tenía su hermoso esposo.

No pasó demasiado cuando cuando tocaron el timbre y el alfa se levanta a regañadientes para ver quién era.

Al abrir la puerta, se encontró con un repartidor, un bolígrafo y una hoja para confirmar la entrega.

¿La verdad? No entendía un carajo.

-¿Señor Kim SeokJin?

-No, soy su esposo...

El repartir le resta importancia y simplemente le entrega la hoja que debía firmar así como el paquete que iban a recibir.

Sin más, el morocho se limita a firmar. El contrario de marcha y lo deja con dudas en la cabeza.su Jinnie no le había avisado que compraría algo. ¿Será ropa de bebé? Lo duda, aún no saben el sexo.

-¿Quién es? -Grita desde la sala de estar el mayor quien se negaba rotundamente a levantarse a menos que sea realmente necesario.- Si es el vecino, dile que de puede ir al infierno. ¡Yo vi ese suéter primero! No es mi culpa que él quiera copiar mis gustos.

Aquello le causaba gracia. No era sorpresa para nadie descubrir la rivalidad entre Kim SeokJin y su vecino, Byun BaekHyun. Pero no, aquello no era algo de hace demasiado tiempo. Todo comenzó hace pocas semanas cuando tuvieron un pequeño inconveniente y ahora ambos omegas estaban peleados.

Cosa que no afectaba la relación que mantenían NamJoon y ChanYeol, la pareja de Byun.

Aunque las cosas se habían vuelto aún más intensas cuando, en el centro comercial, más específicamente en el área de invierno, encontraron el mismo suéter. Con un delicado y hermoso bordado rojo escarlata en finas líneas entrecortadas que seguían una infalible secuencia, mientras en la parte del tórax, reposaba un lindo reno bebé.

Habían discutido hasta que el Omega más alto se llevó el suéter, del que por cierto, habían mínimo veinte ejemplares más esperando detrás. Pero no, los dos simplemente vieron ese y dijeron que era único.

¿Cosas de omegas quizás?

-No, Jinnie. Es solo un paquete... ¿Qué ordenaste?

Fue rápido, demasiado para el alfa. Pero en fracción de segundos tenía al Omega empujándolo y con la caja ya en manos mientras corría nuevamente hasta su antiguo lugar.

Y Kim NamJoon no entendía qué carajos había sucedido.

Pero se limitó a observar de lejos. Abriendo sus labios indignado cuando notó que aquello era nada más y nada menos que nueva ropa de la marca a la que Jin modelaba. Y no solamente eso sino también un trípode y una cámara profesional. No, y definitivamente no.

-No me mires así, Kim NamJoon. No me matará modelar solamente esto. ¡Debo aprovechar que aún no se nota mi vientre! He estado hablando con el jefe y le pareció una buena idea que use el jardín para mí sesión.

Se negaba rotundamente a aquello. Ya sabía él que su esposo no podía estar tranquilo, sabía que molestar al vecino no era suficiente para mantener calmado Kim SeokJin, pero no esperaba que este llevase el trabajo a casa.

Es decir ¿Para qué había dejado entonces el de la empresa? ¡Era lo mismo!

-No

-Sí

-No y malditamente no.

-Sí y joder que sí.

-SeokJin...

-NamJon...

Pero un alfa no Daba su brazo a torcer, nunca dejaría que lo controlen o le hagan cambiar de opinión, no, no sería blando, él era Kim NamJoon y podía con todo...

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.
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-Te dije que no necesitaba esforzarme para esto.

Habló animado el Kim mayor mientras posaba para que su esposo le ayude con las fotografías. Bien era un Alfa y no se dejaría convencer por nadie. Pero su esposo no era "nadie" así que... Tuvo que aceptar.

Fue así como el segundo mes de embarazo se la pasaron entre envíos de ropa al Omega y regaños ignorados para el alfa.