~Octavo Mes~

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Una vez que habían terminado de decorar la habitación de su bebé, la pareja había decido ir a comprar la nueva ropa extra para el Omega y la que usaría la nueva integrante de la familia

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Una vez que habían terminado de decorar la habitación de su bebé, la pareja había decido ir a comprar la nueva ropa extra para el Omega y la que usaría la nueva integrante de la familia.

Mala idea.

Nunca habían tenido discusiones por gustos distintos. De hecho, NamJoon era un fiel creyente de que todos debían usar lo que se les dé en gana pero... ¿Qué le aseguraba que a su bebé le iba a gustar más un vestido que unos lindos pantalones con suéter?

Y repetía. Él no era de esos que obligaban a usar algo que no querían, pero bueno... Su sueño siempre fue compartir ropa con su primer hijo o hija. Ahora tenía la oportunidad ¡Debía usarla!

-Por última vez, NamJoon, me duelen los pies y quiero llegar a casa. Llevemos los vestidos y ya. No sé de qué te quejas. Incluso es más fácil de vestir así. Además es una princesa, no una pequeña aspirante a caballero.

Tomó todos los vestidos de colores que le llamaban la atención en cualquier caso. Si salía con el color bronceado de su sexy esposo, entonces llevaba tonos que vayan bien con ello. Pero si salía con su piel más blanca, entonces también buscaba algunos que le convengan.

Sinceramente eso lo estaba emocionado muchísimo, hasta que cierto alfa había cambiado sus planes iniciales. De haber sabido aquello, mejor hubiese ido el solo o los pedía por internet.

-Solamente digo, que deberías variar un poco más la ropa... Ponle algunos pantalones y menos faldas. Además unos lindos suéters no le vendrían mal. -Ruega con una linda sonrisa de esas que sabe que convencían a su esposo.- ¿Sí?

El mayor lo pensó un poco. NamJoon le había arruinado el momento, pero pensaba que podía sacarle provecho a eso.

-Está bien, Namie. Busca algo que te guste, andarás combinado con tu princesa. Pero será a mi manera.

Una macabra sonrisa cubrió los labios del Omega al decir aquello. De pronto el Kim menor quiso ir a su casa sin ningún pantalón para su bebé. De hecho, se le habían quitado aquellas hermosas ganas de combinarse con la bella princesa que crecía dentro de su hermoso y esperaba que también piadoso esposo.

Fue rápido, en un abrir y cerrar de ojos, SeokJin había metido alguna cosas en una bolsa de compras las cuales el morocho no logró ver. Pero trataría de confiar en el mayor. Lo haría porque todo dependía de ello.

Al terminar el día, se había arrepentido enormemente de él y su gran boca. La razón era bastante obvia.

-Jin... Cuando dije que quería estar igual a nuestra bebé... No me refería exactamente a esto... ¿Sabes? -hizo una mueca observando el atuendo que tenia- No pensarás que use esto frente a los demás...

Sabía que nada bueno iba a salir de ahí. Él tenía su corazonada, pero lo tenía bien ganado por abrir su bocota ¿Cuando aprendería a mantenerse callado?

-No hables más ¡Estas divino! Seguro a nuestra nena le encantará una foto de recuerdo así. -tomó su cámara y en segundos ya estaba revelando una fotografía con el conjunto que le había puesto a su esposo- Te ves hasta adorable.

El problema estaba, en que aquella vestimenta era más bien un disfraz de Sailor Moon. Y que el alfa también había tenido que poner una peluca rubia y maquillaje.

Pero dejando de lado la vergüenza, pensaba que aquello al menos haría reír a su bebé.

Por más burlas que recibiera adelante.

Por más insoportables que sean los demás al ver su imagen de esa manera tan baja.

Porque amaba a su familia y haría lo que sea por hacerlos felices.

Incluso si eso es quedar en ridículo escuchando la risa de limpia parabrisas que tiene su maravillosos, cruel y dolorosamente hermoso esposo.

NamJoon nunca imaginó que el período de embarazo sería tan caótico.

Siempre tuvo todo planificado.

Leyó hasta el último folleto de padres primerizos para saber cómo tratar a su Omega.

Pero nunca, y repetía nunca, esperó que su monotonía y esquema mental se iría por la borda.

-¿Ya puedo quitarme esto?

El Omega lo pensó unos momentos, se levantó con cuidado y le dio un beso en ambas mejillas a su "varonil" esposo.

-No, aún faltan para el álbum familiar.

Sí, definitivamente no cambiaría su familia por nada.

Aún si estaba algo fuera de lo común.

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Nueve Meses [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora