~Cuarto Mes~

208 31 0
                                    

Quizás los cambios hormonales en los embarazos no sean tan malos.

Eso pensó NamJoon cuando había llegado el cuarto mes de gestación y su hermoso Omega no se le despegaba alegando que su aroma lo mantenía tranquilo al igual que al bebé.

Curioso, pues el Kim menos nunca sintió que el pequeño se movía. Pero tampoco iba a contradecir a su esposo. Eso sí que no.

A penas comenzando el día ambos amanecía abrazados, así hasta que se acababa. Y no iba a mentir, eso dificultaba bastante su trabajo, pero no quería hacer sentir mal al embarazado. No podría, su Jinnie había estaba demasiado feliz como para arruinarle aquello.

-Bonito, debo ir a prepararte al menos el desayuno...

La mirada que se ganó no fue una precisamente buena. ¿Aún estaba resentido por lo de la cocina? ¡Fue hace meses!

-Tú no vas a destruir mi hermosa cocina, Kim NamJoon. Serás un alfa espléndido e inteligente, pero ni naciste para cocinar, y menos para mantener mis hermosos utensilios sanos y salvos. Así qué, si valoras lo que tienes entre las piernas, será mejor que no lo intentes.

Aquella amenaza terminó con una dulce sonrisa, un beso suave en los labios y morocho en proceso de ir al psicólogo por daños a su autoestima y amenaza a sus partes nobles. ¿Que le había hecho mini NamJoon a su lindo esposo para merecer aquello? Preferiría que lo dejen sin cejas antes que atentar contra una parte tan sagrada.

-Ya entendí... No era necesario que me amenaces...

Una pequeña risa se escucha y el mayor niega dejando más besos pequeños en todo el rostro de su alfa. Era sin duda lo más tierno que pudo encontrar y esperaba que su cachorro sea igual.

-Era necesario. Nos conocemos y sé que eres jodidamente terco cuando quieres serlo. -dijo aquello con toda la seguridad del mundo- No me hagas enojar a mi porque también enojarás al bebé. Mejor ven y danos cariño.

Se acomodó en la cama extendiendo sus brazos y dejando un espacio libre entre sus piernas para que lo abrace mejor.

Y claro que Nam no iba a desaprovechar aquella oportunidad. Por lo que dejó de lado lo ofendido que se sentía para simplemente acomodarse en el espacio que se la daba y rodear el cuerpo ajeno con el propio.

Tenía una ligera obsesión con abrazar la cintura de su pareja. Pero ¿Quién podía culparlo? Cualquiera en su lugar haría más que solamente abrazar a ese hermoso Omega.

Si el morocho fuese otro, mantendría cautivo al mayor en una torres a metros de altura para evitar que fuese visto.

Demasiadas películas de Disney por el momento.

-Entonces... ¿No vamos a desayunar?

No quería romper el momento, solamente estaba preocupado por la alimentación de su esposo y su bebé. Además puede que su estómago esté haciendo una revolución junto a otros órganos vitales exigiendo por algo de comida. Solamente era una posibilidad, claro.

-Acabas de matar el momento, Kim idiota negro de dos metros NamJoon.

Gruñó el el mayor y se separa envolviéndose en las cobijas para evitar la mirada ajena. Estaba bastante resentido con aquel idiota.

-Primero, no mido dos metros. Segundo, no soy idiota, y tercero... No soy negro, solamente estoy bronceado.

Su "aclaración" solamente se llevó como respuesta un golpe con la almohada más cercana. Bien, puede que sí haya herido los sentimientos de su gestante Omega.

-Solamente por eso te va a tocar ordenar comida, y espero, por el bien de tu alimentación en este hogar. Que sea mejor y al menos igual que la mía.

El mayor casi lloriquea al escuchar eso. ¿Cómo diablos iba a conseguir alguien que supere a SeokJin? Debería rebuscar en los restaurantes más recurridos? No sabía.

-Principe, perdón, es solo que no quiero que tú y nuestros pequeño pase hambre... ¿Sabes lo preocupado que estoy? -pregunta abrazándose a la cintura ajena mientras esconde su estos contra aquel pecho cálido.- No puedo entrar a la cocina para hacerles algo... Terminaría arruinando todo.

Supo que su pequeño drama estaba surtiendo efecto cuando la mirada compresiva del contrario se posó sobre él y le acarició el cabello de forma tranquila.

-Está bien, Joonie, creo que no debí ser tan duro contigo. Iré a prepararnos algo sencillo.

Le regaló una sonrisa y besó los labios esponjosos se su pareja quien correspondió de inmediato. Había ganado nuevamente a un Jin amoroso y un seguramente delicioso desayuno.

NamJoon: 1
SeokJin: 3

Por fin podía ganar en uno de esos meses.










Nueve Meses [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora