CAPITULO II

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•EL SUEÑO•

–Hija...– se escucha a lo lejos como si alguien susurrara con eco desde el otro lado de la casa –¡Hija despierta!– gritan apretando fuertemente mi brazo.
–¡¿Que?! ¡¿Donde estoy?¡– grito regresando a mí realidad. –¡¿Papa?!– lo miro al rostro y caigo en cuenta que todo fue solo una pesadilla.
-Beth, ¿Que ocurre?- responde mi papá limpiando las lágrimas de mis ojos que no sabía que tenía -Estábamos dormidos y comenzaste a gritar y patalear, me despertaste e intenté hacer lo mismo contigo.
-Perdón- contesto sollozando un poco -no fue mi intención solo fue una estúpida pesadilla- me siento en el sillón para dejar que el susto se aleje al igual que los recuerdos de mi terrible sueño.
-No creo que sea tan estúpido tu sueño, parecía que lo viviste muy real-obsesiona  cubriéndome con la cobija -Cuéntame que sucedió.
-No se... La verdad todo es tan borroso y cada vez que intento recordar, más olvido- me recargo en su hombro -lo único que recuerdo es un gato gris muy aterrador y a ti.
-¿A mi?- pregunta frunciendo el seño mientras me rodea con su brazo.
-Si papá, soñé que estabas muerto- pareciera que tan solo decirlo me hace vivir de nuevo el sueño -estabas descuartizado y lleno de sangre- tiro algunas lágrimas.
-Oh chaparrita- exclama mi padre sujetando mis manos frías -es solo un sueño, aún estoy aquí, no hay gato y mucho menos sangre-

Escuchar su voz me devuelve la seguridad, aunque sus palabras no me trasmiten la confianza, las últimas semanas la muerte se ha vuelto el tema favorito de papá, no para de decir que tenemos que ser fuertes cuando el no esté y le dice a mamá que no se vuelva a casar cuando el fallezca, es como si mi papá estuviera prediciendo su propia muerte inevitable.
-¿Estás seguro de que morirás?- pregunto mirándolo a los ojos.
-¿Por qué lo preguntas?- solo vuelve a fruncir su seño
-He escuchado que hablas de tu muerte con mamá- me despego un poco de él para poder mirarlo a la cara
-Escucha Beth, nada es seguro, ni siquiera nuestra propia vida, lo que yo hablé con mamá solo son cosas que la prevendrán en caso de que yo no esté para protejerlos- responde con voz relajada -Tu mamá y yo perdimos a nuestros padres desde que éramos muy chicos, nuestras familias no supieron que hacer.
-¿A caso me estás diciendo que tenemos alguna maldición familiar?- interrumpo antes de que pueda terminar de hablar mi padre -No puede ser posible que creas en esas cosas, el hecho de que ustedes hallan perdido a sus padres no significa que yo también deba hacerlo- concluyo levantándose del sofá con un tomo de voz un poco energética.
-¡Cálmate Beth!- responde mi papá levantando la voz -Siéntate- me ordena y continua diciendo -no creo en cosas como el destino o las maldiciones, yo solo intento decir que no tenemos la vida comprada y menos yo, mi trabajo es muy riesgoso- su voz a bajado de tono, de hecho son pocas las veces que mi padre me ha gritado, él no es de esos.
-Solo intento pedirte que me entiendas, me da miedo perderte- se me inundan de nuevo los ojos al mirarlo e imaginar si algún día el no estuviera. Después de mi último argumento nos invade un silencio enorme, luego de evitar un choque de miradas mi padre toma su celular y comienza escribir algo, por la forma en sus ojos puedo deducir que está planeando algo, ~¿será una manera creativa de arreglar nuestra discusión?~.
-Toma- guarda su celular y me habla de frente -es un pequeño regalo- menciona sin entregarme nada.
[Sonido de notificación] desbloqueo mi celular y me encuentro con una playlist que tiene el nombre de «Yolotl», ~sabía que era una forma creativa de terminar la pelea -¿Esto que es?~- pregunto confundida.
-Beth- me mira mientras sonríe y sostiene mi mano -Tu sabes lo mucho que amo la música, es la mejor forma de expresar los sentimientos inexplicables del alma, pero eso no es lo mejor, lo mejor es que la música, la buena música, tiene el poder de permanecer en los corazones de aquellos que disfrutan oír ese sentimiento y a su vez el sentimiento del receptor, ósea quien escucha la canción, así como el del emisor, ósea el que comparte la música, permanecen por la eternidad, aún cuando el emisor o el receptor ya no estén presentes.
-Entonces… ¿Tu propósito con este regalo es…?.
-Dentro de está playlist compartiremos la música que más nos guste, la que nos haga pensar en el otro, así nuestros sentimientos estarán inmortalecidos y aunque uno de los dos no esté cerca podremos sentir el amor que nos tenemos al escuchar la música que une nuestros sentimientos.

Es la idea más hermosa que se le ha ocurrido, y aunque no me hace sentir del todo segura me tranquiliza, -Esta bien- sonrió más relajada -Pero por haberme puesto sentimental te tocará poner la primera canción.
-Eres muy lista Beth- ríe levantándose del sofá -Pero tendrás que esperar, por ahora ve a la cama que ya es tarde y mañana hay escuela.
Me despedí con un beso en la mejilla y subí a mi habitación.

Los últimos días de marzo son los más calurosos del año en Chicoloapan, la zona habitacional donde vivo fue construida sobre campos de cultivo por una compañía fanática de la destrucción ambiental y como mis padres no pudieron perder la oportunidad de contribuir a la destrucción del ecosistema compraron una linda casa aquí, así que como aún quedan lugares donde la tierra fue protegida por los rebeldes agricultores que no vendieron sus terrenos, todavía sigue siendo zona rural y el clima aquí es un poco distinto a los demás municipios de alrededor, en fin, el punto es que hace mucho calor y para lograr dormir cómodamente dejo abiertas las ventanas de mi habitación, mi cuarto queda en el primer piso de la casa a si que nunca he tenido problemas con mirones acosándome o ladrones intentando entrar, aunque últimamente lo único que me detiene a dejar abierta la ventana es un fastidioso gato que se la pasa maullando a mi ventana, lleva así dos semanas y la verdad es muy molesto intentar dormir con un maullido ruidoso.

OcelkuayolotlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora