CAPITULO V

13 4 4
                                        

NO DISCUTAMOS

Entro en el local de la papelería que está en la cochera de mi casa para ayudar a mi madre como me ordenó, se que los siguientes minutos serán incómodos dependiendo del camino que tome la situación, mi madre podría sacar el tema para seguir regañándome o tal vez intenté dialogar pacíficamente conmigo. 

Las dos horas de charla se fueron en surtir los anaqueles con plumas, gomas, pegamentos y esas cosas; inventé un intento de secuestro que desenvolvió una plática amena con mi madre hasta que se tuvo que ir a hacer las compras para la cena, en tanto yo me quedé al mando del hogar y la papelería. 

Este trabajo es muy esclavizador pero a su vez, me brinda la oportunidad de estar en casa con mis hermanos, nos turnamos junto con mi mamá los horarios de trabajo en la papelería. Odio cuando llega mi hora, tengo que estar atendiendo señoras o niños que no saben lo que les pidieron y pretenden que uno adivine por ellos, es más tedioso que agotador.

–Disculpe chaparrita, ¿sabe de casualidad donde hay una papelería cerca de aquí?– alguien pregunta a mis espaldas mientras acomodo unos paquetes de papel en los anaqueles.

~Conozco esa voz~, no puedo ver quién es la persona que ha hablado a mis espaldas pero no hace falta, se que es papá.

–¡Hola papá!– siempre me da gustó saber que este en casa, nunca dudo en ir a su encuentro para abrazarlo cada vez que cruza la entrada –¿Qué haces tan temprano aquí?– lo abrazo fuerte después de darle un beso en la mejilla.

–Mi jornada termino temprano, a si que pensé que podríamos pasar rato juntos, por cierto, ¿ya viste la playlist?– 

–No, como verás, eh estado ocupada y la verdad no eh tenido ganas de ver el celular– suspiro sutilmente, de la forma en que suspiro cuando eh tenido un mal día y quiero un consuelo.

–¿Volvieron a discutir?–

Solo agacho la mirada para victimizarme, a lo que el pregunta –¿Y dónde está ahora?–

–En la cocina haciendo la cena– No dice más, entra a casa muy decidido, tengo la sospecha de que irá a preguntar por nuestra discusión o saludara a mis hermanos. 

Ah pasado rato, mi turno acabó hace media hora, perdí la noción del tiempo y mi hermana Lulú se ha aprovechado de mi distracción, ~no dejaré que se salga con la suya~, camino a la sala donde de seguro está mi hermana, me sorprendo al mirar la sala vacía y la televisión encendida, algo ocurrió, ~tal vez está en nuestra habitación~, la puerta de nuestra alcoba está cerrada, detrás de ella está mi hermana con los auriculares puestos, ya se lo que sucedió pero de igual modo preguntaré.

-¿Qué pasó Lulú?- me siento a un lado de ella, en su cama donde está recostada.

-Pues han estado mucho tiempo a solas en la cocina– se retira un auricular de su oído y continua diciendo –cuando mi papá llegó nos saludo y luego entro a la cocina con mamá, nunca escuchamos nada, hasta que comenzaron a hablar más bajito, entonces mi madre nos mandó a nuestros cuartos-

~Fue mi culpa, seguramente discutieron por mi~ –¿siguen en la cocina?– pregunto preocupada.

-No sé tu dime, tuviste que verlos al entrar a la casa- vuelve a colocarse el auricular y se voltea para que la deje sola.

–Bajen a comer– grita mi madre desde la cocina, por su tono de voz puedo deducir que no está molesta.

Cuando bajo al comedor veo a mi papá sentado en la mesa comiendo antes que todos, su rostro está serio, en cuanto a mi mamá, ella no parece enojada, de hecho es todo lo contrario, sirvió de comer en la mesa tres platós y se fue a su habitación, cuando se marchaba pude notar que sus ojos estaban rojos, como si hubiera llorado.

~¿Qué pudo haber hecho llorar a mi mamá?, ¿Habrá sido mi culpa?~.  

OcelkuayolotlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora