★ Capítulo 03

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«Dobla está esquina... Y después así... No, no, era así y luego asi»

George siguió doblando y dando vueltas a su hoja de pergamino una y otra vez. Cada que se le olvidaba un paso hacia una corta pausa y retomaba la hoja entre sus dedos.

—¿Qué se supone que es exactamente? —inquirió su gemelo, atento en sus movimientos.

George estaba bastante entretenido doblando y desdoblando la hoja una y otra vez. La profesora Umbridge parecía estar durmiendo con los ojos abiertos que podían estar al fondo hablando por lo bajo y ella no se inmutaba en lo absoluto.

—Es origami —murmuró frunciendo el entrecejo apenas frustrado; si tan sólo pudiera usar la varita mágica ya lo habría logrado—. Anoche en la sala común vi a una chica de tercero haciendo figuras de papel y me regaló una... Intento recrearla.

Fred se limitó en hacer un sonido con la garganta y seguir observando a su gemelo.

—¿Es un perro o algo así?

—¡Es un elefante, Fred! —defendió el menor gritando en un susurro—. Se me ocurrió que puede ser un excelente artículo para la tienda. Dime ¿Cuántas cartas recibiste en San Valentín hace un año?

—Uh... Once, pero ¿Eso qué tiene que ver con tu elefante?

George ahogó una carcajada.

—Nada, sólo quería dejar claro que recibiste menos que yo —le dedicó una sonrisita de victoria al mayor—. En fin, el origami me dio una gran idea: hacer cajas sorpresa con el motivo de San Valentín. Sacaríamos del apuro a esos pobres chicos que no tienen idea de qué regalar ¿Lo tienes?

Fred se acarició el cuello mientras pensaba en las posibilidades: ellos dos jamás han tenido ese problema puesto que ellos son los que reciben cartas ese día, sin embargo, recuerda a compañeros desesperados pidiendo consejos a otros sobre qué obsequiar a sus intereses amorosos.

—Huh... Ahora que lo dices tienes razón —murmuró dejándose caer en el respaldo de su silla—. Sólo una vez mandé una carta y sólo se me ocurrió poner sobre el significado de unas flores que además tardé más de dos semanas en decidirme si serían buen regalo o no.

—¿Hablas de unas flores amarillas? Así que eran para ella —miró a Fred con intriga antes de esbozar una sonrisa de burla —. Y ni siquiera te esforzaste, le pediste ayuda a Neville.

—¡George! ¡Somos gemelos pero respétame aunque sea un poco! ¡Soy mayor! —bramó indignado.

—Por nueve minutos.

𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐅𝐮𝐠𝐚𝐜𝐞𝐬 ᜰ꙰ꦿ [George W.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora