Silentium (WOOSAN) Terminada.

09

— Wooyoung, cuidate por favor,
no olvides que cualquier cosa
que necesites estamos ahí para
ayudarte, bastará con un mensaje y vendremos acá lo más rápido posible — prometió HongJoong.

—Vendremos me suena a
manada.. — murmuró Mingi
ganándose un golpe de parte del
mayor — Ya, bueno, sí, nos tienes a tu merced, princesa.

—Deja de llamarlo así, Song —
reprendió HongJoong de nuevo.

—¡Es mi venganza! — contra
atacó Mingi, mirando desafiante
a Wooyoung, quien sólo le sacó la lengua — iPor qué a él no lo
regañas?!.

—Porque el esta enfermo y es una cosita adorable todo lo contrario a tí — respondió, alejándose hacia
el carro con Mingi pisandole los
talones.

—¡No... no lo entiendo! — Se quejó, subiendo al auto de mala gana.

—No hay nada que entender, él
es lindo, tú no, fin de la discusión.

—Se escuchó decir a HongJoong
antes de que partieran hacia sus
hogares.

San sostuvo a Wooyoung con
mucho cuidado y lo ayudó a
entrar a su hogar, mirando
alrededor de la enorme casa y
con mucha nostalgia la casa que
estaba a su lado, donde él años
atrás había vivido.

Al entrar por completo Daehwi le pidió que lo soltara, que estaba perfectamente bien y que dejará de tratarlo como un inválido.

No, si Daehwi se comportaba así
era obvio que no se encontraba
bien...

—¡Wooyoung! jNo seas grosero con el chico! sólo te está ayudando — reprendió una señora que iba en silla de ruedas. San le sonrió a la mujer de cabello negro y facciones preciosas, piel reluciente y sonrisa esplendida.

Ahora recuerda a la mujer,
aunque está seguro que ella no lo reconoce.
El recuerda que ella les preparaba galletas y les pedía ayuda para hacerlas con ella, al final del día terminaban con la ropa llena de harina, huevo y batido de chocolate pero con al menos tres bandejas de deliciosas galletas.

—Agradezco mucho que ayudarás a mi hijo, de todo corazón — dijo
la señor Jung — Vamos, sientate.

Woong asintió tímidamente
y tomó asiento.

—Me alegra que Woo tenga más amigos además de Mingi y Hong, no me malinterpretes, son buenos chicos y me agradan bastante pero no había conocido a otros amigos de mi hijo mas que ellos — explicó,
sonriendo en todo momento — y
van en las mismas clases?.

—No, él va en un curso mayor.
Mientras yo apenas inicio la
universidad él inicia su tercer
semestre, sí?

—Oh, sí, entiendo — dice un
poco pensativa y se ruboriza de
un momento a otro — saben?
cuando conocí a mi esposo él iba
en su tercer trimestre y yo en el
primero, así como ustedes, es
una bonita casualidad — suspira
riendo tímida. — Cuál es tu
nombre? — pregunta finalmente, cambiando de tema.

—Se llama...

—iPor qué no dejas qué él
responda, Wooyoung? no seas
maleducado.

—Se llama Choi San — respondió a las pregunta de su madre, esperando que ella recordará a su amigo de la infancia y entendiera de una
buena vez.

—¡Por dios, Sannie, cariño mío!
— Soltó emocionada, con sus ojos acuosos.

—¡Mamá, me haras llorar
también! — regañó Wooyoung
sorbiendo la nariz.

Y es sólo que ellos eran
inseparables, era como si los tres
fueran mejores amigos, bastante
extraño ya que ella era mucho
mayor pero se tenían entre los tres un inmenso cariñio y aprecio.

San sonrió, con lágrimas
en sus ojos, acercándose a la
mujer que lo esperaba con perlas bajando de sus preciosos ojos y con los brazos abiertos.

[...]

—iRecuerdan cuando decíamos
ser "los tres mosqueteros"? —
preguntó la mujer, ya en la cocina dándole más galletas a los
chicos.

—Claro — respondió Woo y
San asintió.

—Fueron buenos tiempos — dijo
la señora Jung, suspirando risueña.

—Bueno, los dejo solos, debo ver
una serie en televisión o algo para quitar este aburrimiento. Adiós — decía mientras salía de la enorme cocina a el living en sus silla de ruedas, mientras Woo recogía los
trastos utilizados y los dejaba en el lavaplatos, San tomó su celular y escribió rápidamente para luego extenderlo a el menor.

— "Es lindo estar aquí de nuevo,
muchas gracias" — Wooyoung sonrió mientras leía lo escrito.

—Gracias a ti por reaparecer y
volver a ser parte de mi vida.