PRÓLOGO

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- Oye perdona ¿tienes Instagram?

Venga cerebro tu puedes, piensa rápido. Un chico bastante mono te acaba de pedir el Instagram.

¿Qué hago?

El chico rubio de ojos color cielo está ahí quieto esperando una respuesta. El pobre está montado en su patinete eléctrico, así que me saca más de una cabeza. Si sigo así de callada en cualquier momento se cansa y se va. Va Maya haz el esfuerzo.

Quiero decirle muchas cosas, pero no me salen las palabras, ni siquiera puedo abrir la boca. Como no se me ocurre nada mas asiento con la cabeza, meto la mano en mi abrigo de pelo negro y saco el móvil.

- Emmm, si.

Al fin me salen las palabras. Quiero dar saltos de alegría, pero seguramente pensara que soy una loca y se irá por donde ha venido.

- Vale guay. Por cierto, tengo unos amigos que hacen una fiesta esta noche ¿Te apetece venir conmigo?

¿Ahora me cambia de tema? No entiendo nada. Además no lo conozco de nada, ni él a mí ¿por qué quiere que vaya con él a una fiesta?

Vale que no tenga planes esta noche, pero no estoy tan mal como para irme con un chico que, aunque parezca uno de estos modelos de los anuncios de perfume, no conozco de nada.

Voy a decir que no, hasta que me giro involuntariamente hacia mis padres que, por lo visto acaban de aparecer de la nada, y les pregunto:

- ¿Puedo?

¿Pero qué me ocurre hoy?

Me relajo al pensar que ellos me dirán que no puedo ir.

<<Perfecto>> Pienso. Hasta que abren la boca y dicen:

- Claro hija, para una vez que sales.

Vale, no se que está pasando aquí pero esto no es normal. Que mi madre me deje es normal. Pero que mi padre me deje, eso ya no es tan normal.

Bueno, pues se ve que esta noche ya tengo planes. Me voy a ir con un chico de ensueño (que no conozco) a una fiesta con sus amigos (que tampoco conozco).

¿Soy yo o esto es demasiado perfecto?

Pena que todo esto solo ha sido un sueño.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora