Pasaron las dos primeras clases sin que ocurriera nada interesante. Owen estuvo en su sitio quietecito, aunque no paró de decir burradas que hacían reír a toda la clase. A veces nuestras miradas se cruzaban en un par de milisegundos pero nada que no hubiera pasado ya. Jane y yo no paramos de hablar y de comentar todo, incluso nos llamaron la atención unas cuantas veces.
En la tercera clase teníamos inglés con el mismo profesor de cada año, unos que se dormía en cada clase. Sí, como lo oís, cada clase dormido, así que todos podíamos hacer lo que quisiéramos.
Me giré para ver a Jane, pero en vez de Jane me encontré cara a cara con Owen:
- ¿Qué haces aquí? - Miré a Jane que estaba ... ¡En el sitio de Owen! Se habían intercambiado los sitios, pero ¿Porqué?
- ¿No puede venir uno a ver a una amiga? - Después de lo enfadada que me dejó ayer ¿Ahora me venía como si no hubiera pasado nada?
- Tu y yo no somos amigos - Le dije con un tono frío
El se puso la mano en el corazón como si lo hubiera herido y yo volteé los ojos. Me iba a girar cuando me puso su mano sobre la mía que estaba encima del respaldo de la silla. Su contacto me hizo vibrar y me volví a girar hacia él ¿Qué estaba pasando? No conocía muy bien a Owen pero creo que había dejado su arrogancia a un lado para dejar salir un poquito de humildad, si es que tenía:
- Yo solo ... quería ... - Dijo él en tono bajo.
- Querías ¿Qué? ¿Disculparte? - No sé de dónde había sacado este carácter tan frío ni porqué lo utilizaba con él, pero estaba muy a la defensiva. Parece que a él tampoco le gustó y su expresión de calma y alegría cambió a enfado. Retiró bruscamente su mano de la mía y dijo:
- No. Solo quería decirte que te calles. Llevo dos putas horas escuchándote y estoy hasta los huevos. - Me dejó flipando pero no me achanté.
- No solo hablaba yo.
- Pero tu voz es la más irritante.
- Tu si que eres irritante. Irritante y pesado. - Repliqué rápido. El se quedó pensando y volvió a salir esa sonrisa arrogante, señal de que iba a decir alguno de sus disparates.
Se acercó a mí y me dijo:
- ¿Pues aún no ha visto nada?
Dicho esto, se echó para atrás, cogió su móvil y se puso a hablar con no se quien. Yo me giré para hacer lo mismo y le escribí a Jane:
- ¿Has visto?
- Siii. Hacéis una pareja muy mona.
¿Queee? Esta si que no me la esperaba. ¿Pareja? Ni que estuviera tan necesitada. Miré a Jane con una mirada asesina y ella solo se rio.
En la hora del patio me encontré con Kamy y Emma y les expliqué todo. Ellas se quedaron flipando con la mini historia. De repente sentí una mano en mi cintura ya alguien empujándome para abrazarme:
- Hola peque.
- Me has dado un susto de muerte - Le dije riendome.
- Oye que soy feo, pero no tanto. - Le sonreí y le dije.
- ¿A qué clase vas?
- No voy ni a tu clase ni a la de Kamy.
Este no era mi año. Me separaban de casi todos mis amigos y encima un chico no paraba de vacilarme.
Hablamos hasta que sonó el timbre y al volver a clase me encontré en la puerta a Samanta, el típico cliché de chica popular y guapa, con Owen. Ella se estaba agarrando un mechón de pelo y él tenía las manos en los bolsillos. Empecé a sentir... cosas ¿Celos? No creo. Owen me irritaba y me daba igual con quien estuviera y con quien no.
Empecé a caminar hacia la puerta y al pasar a su lado lo oí:
- Bueno, bueno. Pero Maya, ven aquí a hablar con nosotros.
Me clavé en mi sitio, me giré y le respondí:
- No, el profesor está a punto de llegar, mejor me siento en mi sitio.
- Venga, no seas mojigata.
- A ver ¿Qué quieres? - Le dije mientras me acercaba.
- Quiero presentarte a mi nueva amiga. Samanta ha dicho ¿No? - Estaba de coña. Samanta seguía sonriendo y jugando con su pelo. Parecía su perrito faldero.
- ¿Eres su amigo y no sabes ni su nombre? Además, ya la conozco.
- Lo se, pero ...
- Owen cariño - Dijo Sam cortándolo - Dejemos de perder el tiempo con gente que no lo merece y acompáñame al baño. - Ella le cogió el brazo para tirar de él, pero Owen se resistió.
- ¿Me podéis decir para que me habéis llamado? - Exigí yo.
- Para decirte que te inventes alguna excusa para decirle al profesor que Sam y yo no vendremos a esta hora.
Perfecto, solo me había llamado para restregarme en la cara que se iba a liar con una chica, y encima me decía que buscara alguna excusa para ellos. Solo me quería chinchar, tenía que resistir y no caer en la trampa, pero era muy difícil, era muy bueno.
- No voy a hacer eso
- ¿Por qué?
- Porque me parece una chorrada que me hayáis llamado para esto. Podríais haber faltado sin más y ya está.
- Tienes razón pero si no, no habría sido tan divertido - Iba a darle una buena torta, pero preferí ser más lista. Me volteé pero Owen me cogió del brazo. - ¿Lo harás?
- ¡Claro que no! Y ahora déjame en paz de una maldita vez - Dije yo enfadándome. - Si os queréis saltar la clase para lo que sea que queráis hacer, hacedlo vosotros mismos, no me mareéis más.
- Oye chica, relájate. A mi Owencito no le hables así. - ¿Owencito? ¿Lo había llamado Owencito? Solo me reí. A carcajada limpia y no podía parar. Sam frunció el ceño, estaba cabreada.
- No te reías tanto hace menos de un año - Mis risas pararon de golpe - ¿Quieres que te lo recuerde?
- Sam cállate - Le advertí.
- ¿No te cansabas de llorar tanto?
- Sam, por favor, para. - Miré a Owen que me observaba curioso.
- Todos aguantando tus malos humores. - Otra vez empecé a sentir lágrimas en mis ojos. La muy... Me había dado en mi punto débil. No quería volver a llorar, y encima enfrente de Owen. - Sinceramente, ni te creí ni te creeré. Seguro que todo fue para llamar la atención.
Y me remató.
Dejé caer los libros y me fui a paso rápido al baño. Ya me daba igual todo. Las clases, Samanta y Owen. No había nadie por los pasillos, y casi mejor, así nadie me vería. Llegué al baño y me quedé detrás de la puerta. Pasó un minuto y alguien entró. Como tenía la cabeza agachada entre las piernas no vi nada, solo sentí que unas manos me levantaban del suelo, pero yo no podía, no tenía energía. Me levantó con fuerza y sin soltarme me abrazó. Yo solamente le devolví el abrazo:
- Todo está bien abejita.
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El chico de mis sueños
RomanceEl chico perfecto se me apareció una noche ¿pero realmente todo se quedará en un sueño, o el destino hará que se haga realidad?