Capítulo 10

9 0 0
                                    

28 de Junio de 2019 — Nueva York, 12:30 hs

Ninguno de nosotros quería levantarse al dia siguiente, por eso tardamos más de lo normal en hacerlo. La noche anterior nos dejo a todos con un profundo sentimiento de tristeza y desolación. No había nadie más a nuestro alrededor. Sólo nos teniamos a nosotros mismos. Aunque no necesitaba a nadie más que las personas que estaban conmigo en aquella casa, sentía que éramos las unicas personas en el mundo, que todo se había acabado.

Normalmente alguien en situaciones de soledad o depresión sale con sus amigos a un bar o a una fiesta, o con su familia a un parque o una plaza. Pero al final de cuentas eso no alivia nuestra tristeza, al apoyar nuestra cabeza en la almohada ese sentimiento de tristeza y vaciedad vuelve con mas fuerza que la noche anterior.

Eso era lo que sentía. Pero ese sentimiento no se limitaba solo a aparecer en la noche al cerrar los ojos e intentar dormir, sino que me acompañaba todo el tiempo. En cada despertar, en cada comida al pensar que un dia se nos acabaría, en cada abrazo a mi amiga cuando la encontraba llorando por toda la situación, en cada caricia a chappie, en cada movimiento silencioso que debía realizar en la noche para no enloquecerlos y que llenen nuestros oidos cuando trataramos de dormir.

—Buen día, hija —dijo mi mamá cuando baje las escaleras. Tenia grandes ojeras por lo que supuse que no habia dormido nada.

—Dia mamá, solo día —respondí mientras tachaba el número 27 del calendario que habia en la pared — nadie despertó?

—Sólo tu y yo. Parece que todos necesitabamos un buen descanso después de lo de anoche.

—Y veo que no lo tuviste, querida mamá.

—No te preocupes por mi, hay mucho tiempo para dormir. El problema es que hay muy pocas ganas.

—Te vas a dormir ahora mismo.

—Oh si, eso haré, hija. Pero luego me levantaré porque...la Sra. Fletcher y yo teniamos una sorpresa para ustedes.

—Qué clase de sorpresa?

—No te preocupes, Emilia. Va a ser una linda sorpresa. Solo quiero que a las 19:00 hs tú, John y Cindy suban y no bajen por una hora.

—Y que hay de Sam? No es una sorpresa para él?

—El nos ayudará con la sorpresa.

—Está bien, mamá. Lo haremos.

Me levanté y le serví comida a chappie aunque aún seguía acostado. Mi mamá se levanto, lavó lo que uso y subió para acostarse. Yo por mi parte también subí a mi habitación, sin ninguna emoción por la sorpresa que iba a preparar mi mamá.

De vez en cuando miraba hacia la ventana con la pequeña pero latente esperanza de que todo fuera normal. Y aunque asi se veía, sabia que no lo era. Hasta habia algunas de esas cosas que parecían normales. Algunos bien vestidos como si estuvieran yendo al trabajo, o con el uniforme escolar. De vez en cuando hacian un movimiento extraño que me hacia recordar lo que eran. En cada una de esas cosas el tic era en un lugar diferente, unos hacian un movimiento con su cabeza, otros con su boca y otros con sus manos o pies.

Aunque también estaban los otros. Estos tambien parecian normales, salvo por su piel, su boca y su ropa cubierta de sangre. Como si hubiesen vuelto de la guerra. No se cuáles daban más miedo. Me imaginé a mi en un pasillo oscuro con los dos acercándose hacia mi, el que parecia normal con sus tics y una sonrisa a paso rápido diciendo mi nombre, o el otro con su mirada y caminar errante cubierto de sangre. Y saqué la conclusión de que los dos por igual.

Después de pensar un poco tomé una libreta para anotar las conclusiones que había sacado de ellos. Cindy ya se habia despertado e invito a John a nuestra charla ya que tal vez tendría alguna información extra, lo cual no fue así.

The JourneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora