28 de junio de 2019 - 10:28 a.m- Algún lugar en las afueras de Nueva York
-Quién usa un rifle de francotirador en estas situaciones? -Se dijo Jack a si mismo luego de que un desconocido que estaba escondido entre los arbustos le había salvado de ser comido -Quedarse ahí tirado, sin que nadie te vea sólo para agarrar por sorpresa a esas cosas, que cobarde. En mis tiempos cuando estabamos en guerra no era así, no señor. Teníamos que pelear a puño limpio con esos vietnamitas
El hombre salió de los arbustos, le sonrió a Jack, le deseo buena suerte y siguió su camino. Jack en cambio se quedo en silencio y le hizo mala cara.
-Estos niños de ahora...
Jack se dirigió a su casa por la ruta principal y, de vez en cuando, se cruzaba con algún que otro cuerpo -Espero que mañana pasen los de limpieza a arreglar éste desastre.
Al llegar a la puerta de su casa, notó que en la entrada había una pila de cadáveres. -Quien hizo ésto? Quien fue el gracioso? -Gritó. Pero nadie respondió. En los alrededores aparentemente no habia nadie.
Jack abrió la puerta esquivando la montaña de muertos que había y la cerró con llave para luego poner un gran mueble que movió con dificultad -Los años no vienen solos, no querida?
Guardó su pistola junto con todas sus otras armas, se sentó y comenzó a beber. A veces mirando su celular, ya inservible, recordando que el último mensaje que habia recibido era de su hija.
"Papá. Apenas consiga un coche, iré para haya con Ellie. Dile a mama que pronto nos veremos y conocerán a su nieta"
Jack comenzó a llorar, un poco por la bebida y otro poco por su familia. Su esposa ya no estaba, la había perdido apenas comenzó todo. Lo único que le quedaba eran su hija y su nieta. Sabía que tenía que ir a buscarlas. Ya había tomado la decisión.
Jack se levantó y puso toda la comida, agua y munición que pudo en su mochila. Junto con una pistola, un subfusil, un cuchillo y una foto de él, su esposa y su hija en sus ultimas vacaciones en las montañas hace ya varios años. "Mi Rose" decía Jack cada vez que veía la foto, recordando la primera vez que la vió hace ya tanto tiempo. Su primera cita, su primer beso, la noche que estaba nervioso por conocer a sus padres. Recuerdos que todavia mantiene guardado dentro de sí. Jack miró una última vez la vieja escalera de su casa y vió a Rose sentada allí, con su mirada llena de amor como aquella primera vez. Él solo sonrió, se giró y abrió la puerta para irse.
12:01 hs
La bicicleta funcionaba perfectamente desde que el vecino la reparó. A pesar de las múltiples paradas para descansar, era el vehículo mas rápido y a la vez silencioso en el que podía ir. Ya había dejado atras Queens y ahora estaba entrando al corazón de New York sin toparse con nada ni nadie y deseaba que así continuara su camino. Las calles estaban desiertas y abandonadas llenas de basura y vehiculos que gracias al pequeño tamaño de la bicicleta eran fáciles de esquivar.
-Ya estoy cerca, último descanso -Se dijo a sí mismo. Y tenía razón. Según el mapa estaba a unas cuantas calles de llegar. Así que descansaría una ultima vez y luego emprendería el último esfuerzo con la esperanza de encontrar sana a su hija y su nieta
Forzó cuidadosamente la puerta de un apartamento que tenia enfrente, observó cuidadosamente de que no había nadie y metió su bicicleta adentro. Acto seguido cerró todas las puertas y se encerró en el baño con comida y su botella de alcohol.
Jack se levantó sobresaltado. Los primeros dos segundos no sabia donde estaba pero luego recordó que se había encerrado en el baño. Abrió cuidadosamente la puerta y notó por la ventana que estaba oscureciendo. Había dormido muchas horas, aunque nl sabia exactamente cuantas.
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The Journey
HorrorEmilia Waller no tenía un pasado feliz, pero sí un presente lleno de esperanza, una mejor amiga y una madre amorosa. Una vida normal, hasta que la sociedad perdió la cabeza. En una situación donde cualquiera puede volverse loco en un segundo e inten...