Como leña al fuego

41 5 2
                                    

Échale leña a las llamas, más grande el incendio será. Sigue equivocándote y más grande el problema se volverá. No juegues con fuego, o te quemarás.

Un nuevo día comenzaba en el pequeño México de Brawl Stars. Los pájaros cantaban y todo parecía estar tranquilo y callado, hasta que:

- "¡El Primo!" Se escuchó a alguien exclamar en el aire para luego caer encima de algo o alguien. Era el famoso luchador cuyo nombre era el mismo que exclamó.

Este aterrizó forzosamente al frente de una tarima con un sombrero de charro como letrero. Desde la parte de atrás de la cortina, salió un esqueleto usando un pantalón de tela negra y una camisa blanca.

- "¡Órale, ¿qué haces aquí tan temprano Primo?! Apenas son las 8 de la mañana. Nosotros no nos presentamos hasta las 9 o 10." Dijo el esqueleto mariachi, Poco siendo su nombre.

- "¡El Primo está aquí! Bueno, quería ver si simplemente querías jugar una partida a dúos conmigo en supervivencia ¡Tranquilo! Es amistosa, la ha organizado Bull para enseñarle a Bibi lo que se siente estar en un campo de batalla." Explicó el hombre de tez morena sin quitar aquella sonrisa tan carismática que lo caracterizaba.

- "En ese caso supongo que la mayoría estará observando aquella competencia amistosa..." Dijo el esqueleto mientras situaba sus huesudos dedos en su barbilla, reflexionando sobre la propuesta.

- "¡Bien, me apuntó! Invita a Amber para que vea, ya que no participa." Añadió rápidamente el esqueleto mientras se metía de nuevo atrás de aquellas cortinas para arreglarse para tocar las notas del día.

El Primo, antes de que el esqueleto entré, simplemente alzó su dedo pulgar en señal de tenerlo todo claro. Luego, el luchador rápidamente se dirigió un par de casas más atrás, buscando el hogar de la paleontóloga.

En otro lado cercano al stand de Poco, Amber se encontraba dentro de su hogar desayunando un sanduche de jamón. Ella, a pesar de haber considerado unírseles al dúo de mexicanos como una acróbata, rechazó la oferta por mantener un trabajo fijo. Eso sí, no disfrutaba mucho dedicarse a la paleontología.

Le aburría no encontrar nada nuevo que marcase un antes y un después en la historia de la competencia: solo encontraba huesos de animales, comida enlatada, envoltorios, lápices, reglas y alguno que otro plano u objeto que el staff de la competencia no dejaba analizar por ser categorizado como "confidencial".

En esa ocasión, ella se encontraba analizando lo que parecía ser un VHS con un título desconocido, puesto que la hoja que tenía aquella información estaba quemada y dañada a más no poder. Al parecer tenía bastante tiempo bajo aquel lugar en el que estuvo merodeando.

Nadie lo sabía, pero ella de vez en cuando solía escaparse hasta un punto en el desierto, para evitar perderse en medio de la inmensidad del océano de arena.

Ese objeto lo encontró en las afueras de un campo de supervivencia, un tanto cercano a donde Shelly vivía, aunque era un lugar algo inhóspito y raro:

Era una clase de almacén que parecía haber sido prendido en llamas, ya sea de manera accidental o con algún fin en específico, todo estaba hecho escombros. Realmente no sabía que había pasado ahí, pero esperaba encontrar alguna pista de ese pedazo de chatarra, después de terminar su delicioso sanduche de jamón.

Esta terminó de desayunar mientras se levantaba de su mesa para lavar el plato que utilizó, dejando ver su clásico atuendo: un sombrero para safari verde, una camisa verde oscuro, unos shorts de un color esmeralda y un par de botas marrones, con una suela y pasadores blancos. Su piel parecía estar bastante bronceada por la cantidad de horas que había pasado debajo del sol y su cabello era rojo como el fuego ardiente que solía usar la chica en su antorcha.

Starr Park: Historias OlvidadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora