Capítulo 1

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- ¿Entendido Alma? - me habló el jefe, pero yo estaba muy ocupada comiendolo con la mirada - Hasta con ropa. - murmura fastidiado.

Si, hasta con ropa, porque cuando tiene que cambiar de forma, obviamente esta desnudo y ahí mis hormonas se enloquecen.

- No me culpe, Alfa. Sabe que las hormonas de los lobos, se intensifican más con la edad y su cuerpo no ayuda mucho. - levante mís manos en señal de rendición y reí.

- Deberías ir a buscarte un novio. - estaba irritado, muy irritado.

- Sabe que si las mujeres lobas, pudieran imprimirse, yo lo hubiera hecho de usted... pero le tengo una propuesta que nos beneficia a los dos. - lo acorrale contra la pared y le hablé muy cerca de mi cara.

- ¿C-Cual? - tartamudeo

- Hoy en la noche, vamos a una disco. Yo busco una aventura de una noche y usted busca a su Luna ¿Hecho?

Me empujó fuera de su camino molesto, mientras asentía con la cabeza. Misión cumplida.

Marco

- Sabe que si las mujeres lobas, pudieran imprimirse, yo lo hubiera hecho de usted... pero le tengo una propuesta que nos beneficia a los dos. - me acorraló contra la pared y rozó su nariz con la mía.

- ¿C-Cual? - tartamudie sin querer.

- Hoy en la noche, vamos a una disco. Yo busco una aventura de una noche y usted busca a su Luna ¿Hecho?

¿Una aventura? Claro, era de esperar. La muy estúpida, se iba a acostar con cualquiera como si fuera yo. Asentí con la cabeza y salí de la sala de conferencias lo más rápido posible.

"Alfa, tengo la información que me pidió" habló Hugo por el Link

"Llevala a mi oficina" respondí

Entré a mi oficina y la carpeta ya estaba en la mesa. El expediente de Alma de hace doscientos años, ya estaba en mis manos.

En la última hoja, había una información en letras pequeñas que me sorprendió bastante.

'Muerte: Caída desde el décimo piso de un edificio. Cráneo roto, pérdida de memoria y locura a cincuenta porciento. Fallecida una semana después del accidente.'

Ella nunca quiso contar lo que pasó, ni porqué la convirtieron en una de las nuestras, pero ahora estaba enterado del pasado de mi Beta.

Era la mejor luchadora, espía y su hermosa ayudaba en las misiones, cautivando lobos sueltos y vampiros lujuriosos.

Me dí una ducha, para relajar mi mente de toda esa basura antigua y me puse una sudadera anaranjada con unos jeans negros ajustados.

Baje las escaleras esperando a Alma, mientras resolvía algunos asuntos a través del Link que mantenia con Hugo y mis soldados.

Escuché unos tacones contra la madera de las escaleras y percibí su aroma, bañado con un perfume de vainilla.

Tenía un vestido rojo ceñido a su cuerpo, que marcaba su figura de una manera intensa. Su cabello ondulado y sus labios sandía, sonriendo hacía mí.

La muy loca, me había pillado detallando su figura.

- Vamos, Alfa -

Quince minutos después, nos encontrábamos tomando unos tequila en la barra inmensa y llena de hombres con los ojos gigantes hacia Alma.

Ella sonreía con suficiencia y estaba empezando a bailar.

- Alfa, nos vemos, voy a bailar - dicho eso, desapareció en un segundo.

Me dí la vuelta y la ví bailando sola en mitad de la pista. Sus caderas se movían al ritmo de la música, y sus brazos eran como unas sigilosas serpientes.

Un chico se acercó a ella coqueta y ella, no perdió la oportunidad de robarle un beso. Él la tomó por la cintura y empezó a apegarse como una babosa a su cuerpo.

De repente, mi nariz captó el aroma de un hombre lobo suelto, un desalmado.

En tres segundos, Alma estaba a mi lado y estábamos caminando hacia la salida. Nos adentramos buscando su aroma, en el bosque y una bala de plata de pronto impactó contra mi hombro.

Caí al suelo derrotado y Alma cambio de forma, protegiendo mi cuerpo, pero no pudo evitar una nueva bala en mi pierna.

Un hombre apareció de la nada y le disparó en el lomo a Alma. Ella, tratando de proteger mi cuerpo y aguantar el dolor que le debería producir esa bala, saltó hacia el tratando de atacarlo de frente. Pero al abrir la boca, el disparo la última bala.

Ahora su cuerpo era el que caía al suelo. Gemidos y aullidos de dolor salían de su garganta agonizante. La risa de nuestro atacante se hizo presente, mientras desaparecía nuevamente.

Alma, logró cambiar de forma. Su cuerpo desnudo ya no me provocaba nada. Trataba de pararme e ir a ayudarla, pero la bala en mi pierna me había dejado inmóvil.

Una bala la tenía en la columna vertebral y otra en el esternón, clavada dentro de sus tejidos.

"Manden ayuda al bosque" ordene por el Link a mis soldados "Estoy herido y estamos perdiendo a Beta"

Sangre salía de su boca, me arrastre con ayuda de mi brazo bueno y contemple su rostro. Ahí, todo sucedió.

Todas las imágenes que pasamos juntos, los besos que me robó y sus chistes matutinos, pasaron por mi cabeza como un flash.

Su olor a agua, algodón y menta, inundó mis fosas nasales. De repente, sentía el dolor de ella.

Ella, era mi Luna, era mi alma gemela. Ahora paso de Beta a Alfa y ella, se estaba muriendo.

En cinco minutos, habían llegado mis lobos. Alma respiró cinco veces más, antes de que llegarán y paso a otra vida.

La reanimaron, pero no pasó nada. Ella había muerto, justo cuando había descubierto que ella era mi amada Luna.

Mi brazo y mi pierna, ya funcionaban. Me acerqué al cuerpo sin vida en el piso y junte nuestro labios, por última vez.

Las nubes desaparecieron y se mostró la Luna Llena, que iluminaba el rostro frío y perfecto de Alma.

De repente su cuerpo flotó en los aires y su color volvió a nacer. Abrió los ojos y cambio de forma rápidamente, cayendo al suelo agitada.

Miró a todos los presentes angustiada. Y ¿que fue eso?

Alma

Caí al suelo y mire angustiada a todos los soldados de ahi, pero no encontraba a Marco.

Sollozos comenzaron a salir de mi garganta, pero pararon al escuchar su hermosa voz.

- ¿Alma? - corrí y en pleno acto, me transforme en humana sin importarme mi desnudez.

Lo abrazé con toda la fuerza posible y el me besó con desespero. Esperen ¿por que me estaba besando?

- Mi Luna, por fin te encontré - o sea que, mi Alfa se había imprimido de mí?

Junte nuestros labios un poco más y de repente me encontraba en el cuarto de mi jefe, en su cama, desnuda.

Y ahora, sólo iba a ser suya. Por que el destino lo quiso, mi sueño se cumplió.

Alfa & BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora