Robert
El sol entra por la ventana, inundando el cuarto de luz radiante. Miro el reloj que se encuentra frente a mí, 9:30. Joder nunca había dormido hasta tan tarde acompañado. Volteo mi rostro y me encuentro con una Hannah profundamente dormida, tiene mi brazo izquierdo aprisionado como si fuera una almohada, pero se le ve relajada.
-Te amo Robert- El recuerdo de la noche anterior inunda mis pensamientos, sus palabras han sido lo más hermoso que pude escuchar en mucho tiempo. Alargó la otra mano y le quitó un poco de pelo que le cae por la cara.
Hannah musita algo incoherente y se da vuelta dándome la espalda, aprovechó la oportunidad y la abrazo.
-Buenos días princesa- Le susurró al oído y le doy un beso tierno en la mejilla.
-Mmmmm- Gruñe Hannah y se da vuelta, abre los ojos y parpadea varias veces. -Buenos días- Me sonríe somnolienta y vuelve a cerrar los ojos.
-Vamos dormilona ya tenemos que despertarnos-
-No quierooo- Se acuesta boca abajo haciendo un puchero.
-Hannah- Le digo con voz ruda, a lo que ella tiernamente voltea su rostro y me mira con un ojo por debajo de la sabana. -Tenemos reserva para el hotel a las 12- La acerco a mi cuerpo y ella chilla por la acción. -Eres una mujer tan tentadora- Susurro, ella se incorpora y quedamos frente a frente.
-bueno entonces no te atengas a la tentación- Se acerca mas y me roza los labios con los suyos.
-Tentadora- Susurro y con un movimiento me coloco encima de ella. -Eres una mujer muy tentadora- La beso mientras lentamente me deshago de la sabana que cubre su hermoso cuerpo.
Luego de pasar unos días de relajo con mi hermosa novia, viajamos nuevamente a Santiago. Hannah ha estado más parlanchina de lo normal, me ha contado varias anécdotas de cuando ella era niña y sus preguntas me han hecho el viaje mucho más ameno.
Verla tan feliz y plácida en este viaje, me llena de mucha alegría.
-Se acabó nuestra luna de miel- Detengo el coche frente a la casa de sus padres, deseando que Hannah me insista en quedarse con ella mientras llegan sus padres. Quiero proponerte algo- apago el carro y me volteo a mirarla. -Quiero que conozcas a mi familia oficialmente-
Robert, ¿estás seguro de este paso?
Ya está no puedo retroceder -qué te parece si hacemos una cena, traes a tus padres y hacemos oficial nuestro noviazgo- Acá vamos, espero que no me rechace y que podamos dar un paso más en esta relación, además los mensajes intensos de mis hermanos de querer conocerla, me han llevado hasta esta situación.
-Okey, pues...- Mierda la he cagado. -¿no es como muy rápido?- Hannah sonríe tiernamente, pero tengo que seguir con mi seriedad para que las cosas salgan bien. -Vale, vale.. solo lo decía porque siento que es como si me estuvieras proponiendo matrimonio- Suelto una carcajada al viento.
Bueno señorita Gonzalez si seguimos así, créame que pronto tendrá un anillo en su dedo.
-No me de ideas señorita Gonzalez- Como se que esto la pondrá más nerviosa, salgo del carro y corro abrirle la puerta para que salga. -¿Seguro que no quieres que me quede contigo?- Le estiro la mano para que ella pueda descender de él.
-No Tranquilo, soy una niña grande y me puedo cuidar sola- Rió nuevamente, las ocurrencias de ella es algo que amo. -Bueno te hablo mañana- Veo como camina hasta la puerta de su casa, hipnotizado por su belleza.
La amo tanto.
-Con respecto a la cena, la podemos programar antes de que volvamos a Valdivia- Me quedo helado, no me esperaba esa respuesta, pero bueno esa es mi hermosa chica, una mujer con la que no se que esperar.
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Entre integrales
RomanceCarismático inteligente y seductor, esa es la mejor manera de describir al profesor más jóvenes en la facultad de Ciencia de la Universidad Austral de Chile, Robert Brawn. Un hombre alto, con cuerpo de un dios, ojos verdes y cabello castaño oscuro...