Capítulo 46: Secuestro

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Robert

Me despierto cegado por la luz que entra en la habitación de mi apartamento, me remuevo un poco y me encuentro con el cuerpo desnudo de mi amada esposa, quien duerme plácidamente a mi lado.

Me acerco a ella, corro un poco de su cabello para que su mejilla quede al descubierto y le planto un beso. -buenos días hermosa- Le susurro, Hannah suelta un mohio y lentamente se acurruca mas a mi lado.

-despierta bella durmiente- Mis manos bajan por su abdomen y comienzo a estimular su clítoris.

-Amo este despertador- Dice aun somnolienta, se voltea y abre sus ojos, su mirada de amor me derrite al instante, pero también despierta el instinto salvaje de hacerla mía. -Mmm creo que alguien también despertó- Sonríe pícaramente.

Llevado por el deseo, ruedo y me coloco encima de ella, la deseo, deseo a esta mujer como nunca había pensado en desear a alguien.

-Te amo- Hannah, abre sus piernas, las enreda en mi cintura y con sus manos toma mi miembro totalmente duro, poniéndolo en su entrada ya húmeda. -Hannah- Gruño y lentamente me comienzo a introducir en ella, saboreando como su vagina que a cada embestida se humedece aun mas y mas.

-Ah- Gime Hannah, arquea su espalda haciendo que mi pene llegue aún más profundo.

-Maldición Hannah, te sientes excelente- La embisto con más fuerza, mientras ella se retuerce a causa de cada una de mis embestidas.

-Robert- Gime, sus uñas se entierran en mi espalda y su vagina se contrae, regalándome ese hermoso orgasmo al que tanto adoro.

-Joder Hannah- Me dejo llevar y me vaceo en su interior hasta la ultima gota.

Me dejo caer en la cama, mientras mi respiración se tranquiliza.

...

-Si- Miro a mi esposa que baja por las escaleras del apartamento, solamente con una camisa mía. -Vale entonces las donaciones están perfectas- Le guiño un ojo, ella entra a la cocina y comienza a hacer el desayuno.

-Listo, entonces cuando el traspaso este hecho me avisas- Le hago una señal para que me espere ella me sonríe y sigue deslizando elegantemente por la cocina. -Hablamos más tarde, me mantienes al tanto- Cuelgo el celular y caminó hasta la cocina, tomando a mi hermosa esposa por la espalda. -Sabes que me encanta cuando tu cocinas- Se voltea y me da un beso tierno.

-Bueno eres mi mejor comensal- Reímos y le ayudó a organizar lo que falta para el desayuno.

-Te llamaron desde Nueva York- Me pregunta mientras desayunamos en la barra de desayunos.

-Las donaciones de la empresa de la esposa de Christopher y otras más llegaron esta mañana- Me meto un pedazo de huevo en la boca y lo saboreo. -Ya tengo con que hacer las dos escuelas en la frontera con Bolivia y en la comunidad de los Aymara.

-Excelente amor- Me toma de la mano y me la aprieta. -Cuenta conmigo para hacer la parte de la educación ambiental- Me sonríe, me coloco de pie y me acerco a ella, tomándola por la cintura.

Hannah responde y rodea mi cintura con sus largas piernas y mi cuello con sus manos. -Bueno será un placer ahora ser su alumno, señora Brawn- Me sonríe y de inmediato le devoró sus labios exquisitos, ese sabor que me embriaga y me enloquece.

Comienzo a subir su camisa lentamente, rozando con la punta de mis dedos su espalda, Hannah suelta unos pocos gemidos roncos, lo que me hace poner aún más duro de lo que ya había amanecido.

-Nunca me cansaré de esto- De un tirón le quitó la camisa, encontrándome de que la diablilla no lleva nada debajo de esta. -Señora Brawn- La reposo desde los pies a la cabeza. -Es usted una diablilla- Me sonríe, sus manos bajan hasta mi pantalón de pijama y de un tirón lo baja junto a mi bóxer, dejando mi erección libre.

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