𝐆𝐞𝐦𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝𝐬 ˢᵃᵗᶻᵘ

𝐄°𝟏𝟏 "𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐞𝐧𝐞𝐦𝐢𝐠𝐚"

·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳ ᴇʟʟᴀ ɴᴏ ʜᴀ ʜᴇᴄʜᴏ ɴᴀᴅᴀ.

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Tzuyu estába confundida, ¿qué tenía que ver Sana en todo esto? Ella no había hecho absolutamente nada.

— ¿S-Sana?...

— Así que, ese es el nombre de la asquerosa humana, ¿no es así? — El hombre estába asqueado de saber que su hija se involucraba con humanos.

— N-No la llames así...— Tzuyu aprestaba su quijada con fuerza, tratando de contenerse.

Le había molestado profundamente que se refiera a Sana de una manera tan despectiva.

— Me preguntó, si tú la matarías...— Se burló el rey al ver a su hija cabizbaja y con las manos empuñadas — Lo sabía...No te preocupes, enviaré a alguién que lo haga por tí...

Esa fue la gota que rebalsó el vaso, los ojos de Tzuyu se tiñeron de amarillo y atacó rápidamente el cuello de su padre.

— ¿¡T-Tzuyu!?...— El Rey no se esperaba que su hija lo atacará de tal manera.

— No te le acerques, ella no tiene nada que ver en esto.— Apretó más su agarré en él.

— Está interviniendo en tu misión.— Forcejeó para liberarse.

— Así que, se trata de eso...— Dijo con seriedad la jóven.

Soltó al hombre, pero aún mantenía su cercanía con él.

— Sí, no dejaré que una humana te detenga en tú labor.

Tzuyu se burló de las palabras de su padre, se acercó más a él específicamente a su oreja y dijo; Entonces renuncio...— Susurró.

— ¿Q-Qué dices?...

— Renuncio.— Replicó sus propias palabras Tzuyu con una gran sonrisa en sus labios.

— No puedes desobedecer mi órden, soy el rey y te ordeno que regreses a la tierra y me traigas las gemas.— Exigió con molestia.

Él también comenzaba a perder la paciencia con Tzuyu.

— Tzuyu rio a carcajadas tratando hacer enfadar a su padre y lo consiguió — ¿Por qué no vas y lo haces tú?, ¿le temes a los humano acaso? — Se burló descarada.

— Porque soy el rey y sí quiero enviar a todos en el reino a buscar una aguja en un pajar para mí, lo harán.— Soltó molesto.

— Eres el rey y la máxima autoridad, pero yo no soy tu sirviente y ninguno de tus hombres, no tengo porque obedecerte.— Sonrió llena de frialdad.

— Si renuncias tienes prohibición regresar al palacio...— Dijo con seriedad el hombre.

— No me interesa...— Dijo sin prestar mayor atención a sus palabras.

Realmente no le importaba.

— S-Si renuncias no podrás poner un pie en este reino y en el pueblo, porque de lo contrario...— Amenazó.

Esa era su última estrategia para poder mantener a Tzuyu a su lado.

— ¿Me matarán? Bien, ¿no tienes nada más que decir?

— T-Tú...— Pronunció entre dientes el rey.

No podía creer que su hija le había dado la espalda.

— Sí, si adiós.— Lo ignoró por completo.

Tzuyu cerró las puertas de aquella habitación y salió del palacio.