El demonio y el Lord oscuro #2 (AU)

capitulo 21: el preludio del peligro

Continuará.

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Nuestro grupo se adentró a unas ruinas al fondo del suelo oceánico, para darse la sorpresa de de que ahí se encontraba un reloj de la era de los dragones, no obstante ese no fue su única sorpresa, pues por lo visto también tenía un guardián,un hombre serpiente que debía medir al menos unos 2.70M de altura, con bastante musculatura y una asquerosa cola alrededor de sus pies, un auténtico monstruo

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GUARDIAN DEL RELOJ: LV 78
-familiar del tipo alquímico-
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-¡Kikikikiki! Perfecto... por fin saciare mis ganas de pelear, y mi hambre claro está *dijo el hombre serpiente bastante arrogante*

-¡mierda! El rey del mar barrió el suelo con nosotros... ¿y este sujeto lo llamó debilucho? *dijo Naofumi bastante nervioso*

-¡tks! Tranquilo amigo... en comparación de como éramos antes, somos indiscutiblemente más fuertes, de eso no hay duda *dijo Daniel tratando de calmar a Naofumi*

-¡Sssssss! ¡basta de tanta charla! ¡hora de comer! *exclamo el hombre serpiente muy confiadamente*

-¡por mi bien! ¡no me importa que seas más fuerte que el rey del mar! ¡al igual que el, acabarás muerto! *exclamo Emil verdaderamente determinada*

-¡palabras arrogantes, para una semihumana del tipo Usagi! ¡empezaré usando mi mejor habilidad desde el principio!*exclamo el hombre serpiente muy desagradable mientras juntaba ambas manos en forma de puño*

Repentinamente del hombre comenzó a vislumbrarse un raro brillo verdoso de todo su cuerpo, solo para que repentinamente de sus largos brazos comenzaran a crecer unas delgadas y largas púas, posteriormente todo su brillo se junto únicamente en esas púas, algo que dejó al grupo bastante extrañados.

-¡Ahhhh! ¡{ataque aéreo de colmillos venenosos}! *convocó el hombre serpiente con convicción*

-¡¿ah!? ¡maestros, ese ataque se ve muy peligroso! *exclamo Firo verdaderamente nerviosa*

[Narra Daniel]

¡mierda! Para que haya puesto a Firo así de nerviosa, posteriormente las púas del hombre serpiente salieron disparadas desde sus brazos con una estela verdosa, todos nos pusimos nerviosos... solo por un momento, pues... esas puas eran muy lentas, demasiado diría yo, no... las púas no son lentas, creo que nosotros somos demasiado rápidos, ninguno de nosotros necesitó sus armas para bloquear ni evadir ataques, ni siquiera Naofumi, con mucha calma comenzamos a movernos y esquivar las púas, era increíblemente sencillo, de una manera la cual hasta nosotros estábamos sorprendidos, hasta que las púas cesaron.