Mi primer amor.

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Hola soy Luna en este momento quiero trasladarte a 2005 cuando tenía 13 años, la primera historia es sobre mi primer novio y mi primera vez.

Todo comenzó en una mañana cálida de Mayo, había quedado con mi entonces pareja vernos en la plaza de la ciudad, ambos vivíamos en un compendio de apartamentos habitacionales. Yo sabía que está sería mi primera vez sin embargo no estaba nerviosa no entendí bien el porque pero sonaba interesante tener sexo, ambos sabíamos la mecánica y todo lo biológico que deberíamos saber sin embargo en la práctica creo que ninguno de los dos era experto. Recuerdo haberle dicho a mis padres que iría a comer (una típica mentirilla) el paso por mi yo me despedí de mis padres con beso y una sonrisa, ese día vestía con unos jeans ajustados, una camiseta negra y una playera a cuadros desabrochada, al salir de casa lo noté muy nervioso y eso me causo una risilla.

-vamos Luna- el decía un poco nervioso, era un chico alto rondando el 1.70 para nuestra edad era un gigante, yo con mi 1.60 lo miraba me colocaba de puntitas y le besaba la mejilla, caminábamos sin saber bien a dónde ir para nuestra suerte a la salida del compendio habitacional se encontraba un Motel (si así es mi primera vez fue en un motel) -entonces entremos- decía nervioso el pelinegro tomando y apretando mi mano.

-claro- en este punto sentía un calor en mi entre pierna y en las mejillas, no me importaba si alguien me veía entrando a este motel algo en mi estaba roto, porque no miraba las consecuencias.

Entramos al motel y pedimos una habitación nos tocó la #206 en el segundo piso subimos por un elevador que llevaba la segunda planta, creí que el juego previo comenzaría pero habia una pareja dentro jugueteando, besandose acariciándose, era dos chicas no muy mayores rondando entre los 20 y los 25 años era interesante ver algo así, nunca había visto a dos chicas era tan sexy, tan excitante una sensación recorrió mi espalda poniendo mis bellos corporales de punta estaba...  ¿Excitada?... Nosotros bajamos en el segundo piso sin embargo ellas siguieron subiendo, en su juguete o creo que ni se percataron de nuestra presencia.

Tan rápido bajamos del elevador sentí los besos de Daniel en mi cuello, sus manos acariciando mis caderas y su entrepierna rozar con mi trasero, estaba previamente excitada pero aún estabamos en el pasillo,caminamos un poco y entramos en la habitación señalada estando ahí el comenzó a desvestirme, sentía sus manos desabrochar mis jeans, era torpe pero no dejaba de ser excitante pues sería la primera vez que tendría sexo, su mano subía por mi torso sin alzar mi camiseta comenzó a apretar y manosear mi seno derecho (¿qué tienen los hombres con el seno derecho?) Sentía el mismo escalofrío de antes en mi espalda solo con sentir sus manos en mi pecho, con lo único que pude corresponder fue con quitarme la playera a cuadros y alegar mi cabello de mis hombros y cuello donde el había tomado camino hacia mis labios, nos dimos un beso casto seguido de varios así, después de unos besos inocentes seguían los besos apasionados, dónde nuestras lenguas se encontraban y danzaban una con la otra al separarnos un hilo de saliva unía nuestros labios, estaba sonrojada y agitada sentía mi corazón ir a mil.

-Luna eres muy hermosa- decía el pelinegro mientras quitaba mi camiseta y miraba mi brasier, sonrojada e levantaba y me bajaba los jeans, mostrando un conjunto de ropa interior negra y sexy de encajes.
-Gracias amor- decía un tanto avergonzada, desabrochaba su camisa y besaba su cuello el desabrochó sus jeans y se los quito, estuvimos así en el juego previo unos minutos más, ambos estábamos desnudos recostados en la cama, el saco varios preservativos de su bolsa y abrió uno se lo colocó, enseguida el comenzó a meterlo sin lamer, tocar o algo así, solo comenzó a penetrar, siendo mi primera vez estaba apretada pero contradiciendo todo lo que había leído o escuchado no sentía dolor solo sentía mi entre pierna arder un poco después de unos segundos de acostumbrarme a su tamaño sentía sus movimientos, me tenía debajo de el son las pierna abierta y mis brazos enredados en su cuello con sus labios en mi cuello, era satisfactorio sentirme así, pero no me sentía del todo excitada me sentía ... ¿Incómoda?... Solo podía resoplar y gemir no se me ocurría nada que hacer o decir, estuvimos en la misma posición durante 1 hora hasta que el pudo llegar, yo no sabía cómo sentirme pues sentía que algo me faltaba pero no sabía que, enseguida se recostó a mi lado y me abrazo estuvimos así unos segundos hasta que.

-¿Qué tal?, ¿Lo hice bien?- fueron sus palabras lo que rompieron la paz de la habitación, no sabía que decir así que fue lo único que se me ocurrió en ese momento fue decir -si... Fue ... Fantástico- decía con la voz más creíble que pudiera decir.

-¿Lo hice mal verdad?- decía molesto como si la culpa la hubiera tenido yo, como si no hubiera dado todo como mujer en la cama eso me hacía sentir triste.

-no es eso solo que, siento que faltó algo- decía tímida mientras me levantaba y dirigía al baño para poder bañarme -mirame por favor me haces sentir que como hombre no valgo nada- me seguía a través de la habitación cuando entré al baño suspiré molesta pues en ese momento no sabía si la culpa era mía.

-mira Daniel no es tu culpa y creo que tampoco es mía, fue nuestra primera vez supongo que así son todas- decía entrando a la ducha al sentir el agua caliente tocar mi cuerpo sentía un gran alivio.

Estuvimos callados un poco más, después de salir del motel mire a las mismas chicas caminar por la calle riendo y jugando ellas estaba muy felices, risueñas e increíblemente tenían un aire de orgullo, ¿Porqué yo no me sentía así? ¿Porqué sentía vergüenza, incomodidad e irá dentro mío?.

Alguna vez escuché por amigos mayores que cuando probabas el sexo por primera vez era adictivo, y así fue nuestra relación, una relación de un año y pico solo giraban sobre el sexo, en su mayoría todas nuestras salidas eran al motel pero la mecánica era la misma, sexo en la misma posición a veces cambiamos a perrito o vaquerita pero siempre era lo mismo el lograba acabar después de una o dos horas pero yo me sentía incompleta.

Después de unos meses nos peleabamos por todo, decidí pedirle un tiempo peo el era muy insistente.

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