Las chicas

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Ahora soy una Luna de 14 años, ha pasado más de medio año desde mi primera desastrosa primera vez, está historia tiene que ver con mi ex desastrosos y esas dos chicas que conocí por accidente.

-¡Ya déjame en paz! ... Daniel terminamos hace un mes ya por favor deja de molestarme- decía molesta e incómoda, solo caminaba de mi escuela secundaria a mi casa pero el seguía molestándote a pesar de haber terminado nuestra relación hace un mes.

-Luna por favor dame una oportunidad, se que eh sido un idiota pero si me das una oportunidad prometo cambiar- una chica lo tomaba del hombre era ella, una de las chicas que estaban ese día -amigo creo que ella ha sido bastante clara- decía la pelinegra con una sonrisa cálida.

- a mi ninguna mujer me va a decir lo que tengo que hacer- decía mi ex mientras la miraba ella era más bajita pero eso no le quitaba lo intimidante, en ese momento otra chica se acercaba a nosotros -Cariño todo está bien?- decía esa chica de piel morena y cabello ondulado -si nena todo bien solo este patán que molesta a mi prima- yo estaba extrañada pero no decía nada.

- T-tu... Prima?- decía el ya más nervioso y asustado, yo me arme de valor para abrir mi boca pero la pelinegra de piel blanca se me adelantaba -¡por su puesto idiota! No quiero que te le vuelvas a acercar- el chico temeroso y avergonzado de dió la vuelta y camino hacia el compendio habitacional aún molesto.

-muchas gracias- decía bajito y tímidamente -no es nada chica ente mujeres debemos apoyarnos - decía la morena mientras tomaba la mano de la chica blanca

-Disculpen me han ayudado y aún no se sus nombres- decía algo sonrojada mientras las miraba con curiosidad.

-mi nombre es Renata- decía la chica blanca con una sonrisa cálida -ella es mi novia Rebeca- decía mientras abrazaba de la cadera a la morena dándole un beso en la mejilla, al mirarlas me sonroje aún más, no era muy común ver una pareja tan liberal por aquí.

-basta niña- decía la morena mientras se separaba de quién la aprisionaba de manera cariñosa -un placer pequeña, ¿Cuál es tu nombre?-

-mi nombre es Luna es un placer conocerlas, quisiera invitarlas a comer algo como agradecimiento- decía tímida

-claro- decía Renata mientras tomaba la mano de Rebe y caminábamos a un café cercano de la escuela, nos sentamos juntas en una mesita y pedimos unas malteadas comenzamos a platicar así supe un poco más de ellas dos, estaban recién llegando a este centro habitacional, vivían a dos calles de mi casa, Rebeca era maestra en un jardin de niños, tenía una hermana de 17 años viviendo con ellas pues sus padres habían fallecido unos meses atrás, Renata era estudiante de Derecho ella era unos años menor que Rebe, ellas se conocieron  por accidente en una fiesta y después de unos tragos se entregaron a la pasión, llevan juntas casi 3 años.

Después de una tarde encantadora con ellas me despedí pues mi madre me llamaba al teléfono alterada por mi retraso.

Esa noche con muchas dudas y curiosidad sobre el sexo lesbico encendí mi computador portátil, entre al apartado "incógnito" busque algunas páginas y ví algunos vídeos, era muy excitante ver a las chicas tocarse, lamerse, acariciarse, sentía un calor inmenso en mi entre pierna mis dedos se apresuraron a tocar y frotarme. Algunos gemidos salieron enseguida, después de ver algunos vídeos y frotarme encontré uno donde una chica se masturbaba era excitante ver cómo lo hacía cuando ella "termino" yo me sentía con una necesidad enorme de hacer lo mismo sin embargo no pude lograrlo.

No volví a ver a esas chicas toda una semana, mi ex no me molestaba, pero el comenzó a decir que nos acostamos, eso me costó muchas burlas y cotilleos de parte de mi grupo yo me sentía avergonzada pero una parte de mi no le importaba, en una ocasión mis "amigas" de ese encontrar trataron de hacerme sentir mal por lo que había hecho, quitándome valor, diciendo que ningún otro hombre me tomaría enserio por haber tenido sexo ya, yo no lo creía así, me levanté harta de todo lo que decían me acerque a mi ex y grite -¡Si El y yo nos acostamos pero eso no quiere decir que yo e perdido valor como mujer y una cosa más, creo que ambos sabemos acerca de tu problemita!- decía mirándole la entrepierna los chicos del grupo se burlaban de el, mis "amigas" me miraron indignadas ellas dejaron de hablarme, pasaba el receso sola, hasta que una chica nueva entro al grupo ella era una chica amable y agradable con todos, un día alcance a escuchar como le decían que no se junta conmigo porque era una puta siendo sinceras eso me dolió un poco.

-entonces querida, estás diciendo que si tienen sexo pierden valor?- la chica de lente decía incrédula -pues claro, a mí me han enseñado en casa que la virginidad es algo sagrado- decía la chica blanca y llenita.

-Mira que nadie quiera acostarse contigo no te da ningún derecho a juzgar a las demás- decía molesta mientras las chicas se reían de ella -ni tampoco a ustedes- molesta se cambio de lugar sentándose al lado mío.

-hola Luna soy Carolina, puedes decirme Caro- decía sonriéndome.

-Hola Caro, un placer, pero no es necesario que seamos amigas pues la reputación de "Puta" caiga sobre ti- decía riéndome y mirándola verla sonreír me hacía feliz, ella se convertiría en mi mejor amiga durante la secundaria.

Después de contarnos mucha cosas en el receso ella entendí bien porque me insultaban, esa tarde al salir ví a las chicas pero traían con ellas a una chica supongo era la hermana de Rebeca, las saludé a lo lejos y ambas nos acercamos, las presente y empezamos a caminar.

-Oye tu eres la chica que mi cuñada ayudo?- decía una voz dulce y hermosa, con una cara hermosa y unos ojos cafeces preciosos, una figura linda.

-s-si soy yo- decía nerviosa mi amiga solo nos miraba divertida ella venía detrás con las chicas hablando de cosas triviales.

Esa tarde fuimos al cine que estaba a unos minutos de la escuela escogimos una película de terror todas estábamos felices, al salir del cine Caro tenía que irse así que me despedí, ella vivía al otro lado de la ciudad. Yo me marche con las chicas mientras platicaba con Luisa la hermana de Rebe, al llegar a mi calle nos despedimos y yo estaba como una tonta con una sonrisa embobada toda la noche pensé en esa chica de preparatoria.

Al otro día en la escuela Caro no podía dejar pasar por alto lo de ayer y comenzó -dime pues ella te gusta?- decía burlona mientras mi cara estaba súper sonrojada -yo... Ella puede que si, no lo sé Caro no se bien que siento, ella es hermosa y así pero por favor no digas nada- decía suplicante
-genio aquí en podría decirle te recuerdo que somos solo tu y yo frente al mundo- decía riendo.

Pasaron algunas semanas en las que hablaba con Luisa sobre cosa tontas e irrelevantes, ella y yo habíamos quedado de salir a tomar un helado el sábado, llegando ese día yo estaba un poco nerviosa, me coloque un vestido corto negro unas medias de red y unas botas tipo militares, salí y la encontré en el parque de la habitacional, nos saludamos y comenzamos a caminar por ahí, dando vueltas y platicando sobre nosotras.

-Luna quiero decirte algo, no sé cómo o tomes peo escuchame- decía mientras yo la miraba incrédula articule lo mejor que pude -si dime qué pasó?-

-Mira yo ... Es decir... Tu..  creo que me gustas Luna- decía sonrojada yo estaba igual, sin embargo lo único que pude decir fue -tu también me gustas!- sonrojada tape mi boca y la mire.

Ella sonrió y acercándose a mi tomo mi cadera y me acerco a ella nos dimos nuestro primer beso, algo lento y duradero estaba realmente sonrojada y feliz .

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