The Book Of Shadows

-CAPÍTULO#4- "¿Y si comenzamos de nuevo?"

Chad y yo continuamos observando el interior de la casa. Investigamos cada detalle de la misma, cada habitación, cada esquina. No encontramos mucho, al parecer las autoridades se habían llevado todas las pistas. Solo quedaba en el suelo un pequeño trozo de papel al que no dimos mucha importancia.
De pronto, escuchamos sonidos de pasos. Parecía que provenían jardín delantero. Cada vez podíamos escucharlos más cerca de nosotros. Una gota de sudor recorrió casi todo mi cuerpo. Estábamos muy asustados, sentimos como la puerta delantera hacía un estruendoso ruido antes de abrirse. Corrimos muy rápido hacia el primer piso y nos disponíamos a escapar por el ventanal roto pero nos detuvo una persona. Estaba allí, delante de nosotros, una chica de cabello dorado.
— ¿Qué hacen aquí? — preguntó un poco enojada.
Para nuestra suerte la chica era Emily.
— Emily, lo sentimos por entrar sin permiso. Venimos a ver como estaba. — respondió Chad un poco asustado.
Yo permanecí callado, no sabía que hacer, estaba desesperado, mi respiración era irregular. Me acerqué a ella y la abracé fuertemente.
— Lo siento. — susurré.
Tenía los ojos casi llorosos.
— ¿Por qué? — preguntó.
— Porque eres mi mejor amiga y nunca he podido hacer nada por tí, ni siquiera protegerte.
Mantuvimos un brutal silencio durante un tiempo. Miraba sus rostros, tristes, intentando contener las lágrimas. En verdad, pasamos malos ratos, pero, este era el peor de todos.
— ¿Y si comenzamos nuevamente? En una nueva casa, lejos de este lugar. — dijo Chad.
Es cierto que podríamos hacerlo, mudarnos a un nuevo sitio, cambiar de vida. Ya éramos mayores de edad y podríamos trabajar en algún lugar cuando salieramos del colegio. Por otra parte, creo que mis padres y los de Chad nos ayudarían hasta que obtuvieramos nuestros primeros salarios.
Pasados unas horas volvimos a mi hogar, desde ahí llame a mis padres que estaban trabajando para avisarles que quería mudarme con mis amigos. Ellos accedieron, por el bien de Emy, porque ellos la querían como si fuese su hija. Acordaron que ayudarían con el pago de una pequeña casa cerca de nuestra futura escuela. Los padres de Chad también ayudaron muchísimo. Nos consiguieron un trabajo en una cafetería, cerca de nuestra futura casa. Ellos negociaron con el jefe del lugar y acordaron un horario para que el trabajo no interfiera con los estudios.
Por otra parte Emy se mantenía fuerte. Yo sabía que ahora estaba sola por eso quise ayudarla. Sabía que estaba asustada y preocupada por lo que pudiese pasar en un futuro. Aún así, preferí callarme y no mencionar la muerte de sus padres. Sabía que sería demasiado doloroso para ella y sentiría mil espinas clavadas en su corazón. No quería herirla, no otra vez. Prometí esta vez cuidarle y no dejar que nada malo le pase.

Continuará...