-CAPÍTULO#6- "EL MAL SE ACERCA"

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Nunca había puesto en duda mis sentimientos. ¿En realidad estoy enamorado? Se que era muy repentino pero no podía sacar a Emy de mi cabeza.
— ¿Dónde podemos guardar esto? — preguntó sosteniendo un bulto de libros en sus delicadas manos.
— En la sala de estar hay un librero, creo que deberíamos ponerlos allí. — respondí y luego tomé la mitad de los libros para ayudarle.
Tal vez, solo siento lástima por lo sucedido con sus padres. ¿Será mejor no contarle a nadie mis sentimientos? No estoy seguro...
Un gran estruendo interrumpió el silencio de la habitación, luego un quejido se hizo presente en mi mente. Me dirigí rápidamente al salón principal.
— ¡Auch! — gritó Chad.
Había tropezado con una caja que estaba en la entrada.
— ¿Qué pasó? — dijo Emy un poco agitada.
— Solo es Chad. ¿Quién más va a tropezar tan estúpidamente? — comenté en un tono sarcástico.
Emy y yo comenzamos a reír a carcajadas. Cae se puso en pié y dijo un poco enojado.
— ¡No es gracioso!
Luego caminó hacia la cocina seguido por Emy, que no paraba de reír. Parecía un poco molesto por lo que ocurrió. Pensé en recoger la caja con la que tropezó, la levanté y, al observar su interior, noté un libro familiar. Por un instante sentí la mirada fija en mi de algún animal. Coloqué la caja en el suelo nuevamente, volteé y contemplé en silencio mi alrededor pero no había nadie cerca. Tomé el libro, caminé hacia la sala y lo coloqué en el librero. No sabía que Emy había traído este libro y aún me provocaba una sensación extraña, de inseguridad, dejé allí el libro y volví con mis amigos.
Pasamos seis días viviendo en este hermoso paraíso. Nos levantamos bien temprano para ir a la Universidad, las clases sólo eran hasta el mediodía, cosa que nos ayudó. Nuestro trabajo comienza a las dos de la tarde y termina a las seis. De ahí nos dirigiamos nuestra casa, tomamos un refrescante baño, cenabamos y veíamos algunas películas. Nos habíamos acostumbrado un poco a las condiciones. Al final, nos repartimos los cuartos. Chad tomó el que se encuentra al lado del baño, Emy tomó el último cuarto que queda en frente del baño y yo tomé el cuarto más cercano al salón principal, el que está al frente de la habitación de Chad.
Ya era fin de semana nuevamente. El tiempo ha pasado muy rápido, ni siquiera pude llamar a mis padres. Hemos preparado una pequeña fiesta, para relajarnos estos días libre y para celebrar la llegada a nuestro nuevo hogar.
— ¡Ya somos oficialmente independientes! — declaró con una gran sonrisa Chad.
— ¡Qué tonto eres! — manifestó Emy haciendo una gran mueca.
— ¡Ahora podremos hacer lo que queramos! ¡El mundo es nuestro! — dijo Chad.
— Creo que estas exagerando. — sonrió Emy.
— El ser independiente no significa que harás lo que quieras. Ya habrá momentos para divertirse, ir de fiesta. Ser independiente es ser disciplinado y luchar por un sueño.
— Habló don frasesitas. — bromeó Chad.
— Sigue mis consejos o acabarás mal. — respondí.

Continuara...


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