Barreras [J-hope]

6.

Desperté de golpe debido al sueño que estaba teniendo que hasta ahora no logro recordar qué era. Mis pensamientos se fueron al recuerdo, lo que ayer había pasado.

Sentí un ligero ardor en mis mejillas, las cuales se sentían calientes y seguramente de color rojas ¿Por qué tanta vergüenza? Soy un hombre, no una mujer. Ayer lo hice con ella ¿Cómo era eso posible? Me gustó, sí, pero estaba tan apenado.

Salí de mi cuarto rogando para que este estúpido sonrojo se hubiera desvanecido y desayune a toda prisa.

¿Ella dijo que se iría en dos días? Supongo que así es, debo aprovecharla, disfrutar el día a pesar de la tristeza que puede causar... ya cuando se vaya tendré tiempo para eso.

Corrí a vestirme, todo tan velozmente, cada segundo era valioso y cada minuto sin ella debía compensarlo.

Le mandé un mensaje por teléfono esperando que estuviera libre hoy para mi. Genial, sí lo estaba.

No tenía ningún plan de cita, no sabía tampoco a donde salir, sólo sé que quería verla, tenerla en mis brazos, yo necesitaba de ella.

"Eres muy rápido" la pantalla de su teléfono resplandeció en mis ojos.

"Sí, bueno, es que se trata de ti" ahogue una pequeña maldición, había sonado tan cursi en ese momento.

"¿A dónde quieres ir hoy?" pregunté.

"No lo sé, contigo sería más que suficiente... Pero no he visitado el acuario y me gustaría ir"

Asentí con la cabeza en aceptación. La tomé de la mano entrelazando sus dedos con los mios y comenzar una pequeña caminata al acuario que no estaba muy lejos en realidad, podíamos tomar un autobús pero... El tenerla en mi mano, sentir su piel contra la mia, era algo que quería recordar. Tenía que crear recuerdos para ambos.

Llegamos poco después y ella no se notaba para nada cansada. Le pedí dos boletos para entrar al acuario al señor de la taquilla porque obvio, hay que pagar para entrar, y nos adentramos a ese maravilloso mundo acuático, apenas comenzó nuestro tour las paredes eran azules por el agua... Todo en si era un acuario gigante.

Yo estaba emocionado, toda mi vida aquí y no había visitado esto tan magnifico. Habían corales, arrecifes, crustáceos y banda de peces de todos los colores y tamaños. Desde tiburones hasta delfines y peces extraños y extravagantes. Una obra de arte ante nuestros ojos.

"¿Es lindo?" escribí para ella.

—¡Sí! —dijo en coreano, moviendo su cabeza de arriba a abajo como una niña.

Y llegó un momento en que ella contemplaba a las medusas y yo... La contemplaba a ella.

No quería que esto acabara, ya me había acostumbrado a su compañía, a su piel, a sus hermosos labios que me incitaban todo el tiempo.  Pero era débil ante las incitaciones... En un rápido movimiento la dejé frente a mi, me fui acercando despacio y allí unimos nuestros labios en un beso lento y suave.

Si esta era la última vez que probaría esos labios, también debía aprovecharlos.

La tomé de la cintura acercándola a mi cuerpo y no me molestaba para nada si llegaran a pasar personas, para mi, lo único importante era de disfrutar el momento.

La besé, nos besamos por un largo tiempo que hasta nuestros labios se incharían.

—Te quiero—susurré separandome de ella aún con los ojos cerrados, en mi mal español pero que sin embargo había pasado días tratando de aprender algunas palabras.

—Te quiero— respondió ella en coreano, a lo que sonreí de oreja a oreja. Si tan solo pudiera escuchar su voz mas a menudo...

Terminamos nuestra pequeña visita al acuario, la tarde ya había terminado pero antes pasamos por un pequeño puesto de bebidas calientes para calentar nuestro cuerpo con un té o chocolate.

La acompañé hasta el lugar donde residía, era una pequeña casa de familia donde la acogieron toó este tiempo, así se acostumbra la mayoría del tiempo.

Llegué a casa después de un exhausto pero maravilloso día, me olvidé por completo de cenar ya que mis pensamientos estaban reproduciendo cada escenario de hoy hasta quedar profundamente dormido en mi cama.