EL BOSQUE DE LOS DEMONIOS

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Hay quienes dicen que dentro de nuestro ser hay fragmentos del alma de nuestros antepasados que conforman la nuestra y, de esa manera, se mantienen vivos en nosotros. "Los ojos de mi madre" "Las manos de mi abuelo" "La sonrisa de mi padre" todos esos pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos forman parte de nosotros y algún día formarán a quienes vengan después. Todo esto confirma una de las pocas verdades de las que estamos seguros: Las almas no mueren.

Cuando era pequeña, mi abuelo me contaba historias de seres poderosos a los que la gente llamaba demonios.

Los demonios nacían de la muerte de un inocente, su piel estaba hecha con la sangre derramada. Venían al mundo con un solo propósito: Proteger la parte del alma del difunto que seguía viva, en otras palabras, cuidar de sus descendientes. Seres inteligentes e indomables que por si solos eran capaces de provocar una hecatombe. Debido a su fuerza y aspecto, la gente les temía ignorando la bondad y el origen de estos seres.

--¡Increíble! ¿No lo crees?—exclamaba mi abuelo mientras hablaba—Son demonios con trabajo de ángeles.

Siempre la misma historia, siempre los mismos acentos, nunca me cansaba de escuchar.

--Nacen de tu muerte para mantenerte vivo—decía a la luz de las velas

Si alguien mata a tu padre, madre, abuelos o en general un antepasado directo, nace un demonio que te protegerá hasta el fin de tus días pero no cualquiera puede reclamar a su demonio, para ello se tiene que demostrar tener un corazón puro y valeroso que sea digno de proteger. Ganarse el respeto y la lealtad de un demonio no es fácil y es aquí donde partimos hacia nuestra historia. El primer hombre que se ganó su demonio.


Hey lector fantasma!! Espero estes disfrutando la historia, si es asi no te olvides de dejar tu voto :)

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