Capítulo 7 -Sarah

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Tal como había predicho mamá, no tardé dos horas en organizar la fiesta. Iba a ser enorme, pero, lo más importante: iba a ser perfecta. Debía serlo. Decidí que iba a ser una fiesta blanco y negro, no era elgante, pero la tematica era más por la organización que Megan deseaba. La playa que estaba atrás de mi casa sería la locación perfecta. La fiesta se extendería hasta el gran patio trasero y todo estaba organizado. Al comentarle al banquetero mi idea estuvo de acuerdo. Habría bocadillos y una barra de bebidas con una variedad bastante amplia. Las luces ya estaban confirmadas, al igual que el catering y todo iba en marcha. Esa noche dormí tranquila, después de tomarme el somnífero las pesadillas desaparecieron. Casi por completo.

A la mañana siguiente no pasó mucho. Le dije a Megan, John y Ander de la fiesta y quedaron satisfechos y hasta podría decir, emocionados. Sabía que mis hermanos me darían su aprobación, pero de la que tenía dudas era de Megan.

Ese día no me veía con muchos ánimos de arreglarme pero mi madre insistió en que lo hiciera. Me puse el uniforme de deportes que consistía en una blusa de manga corta color blanco y una falda que se parecía demasiado a la de las tenistas en color azul. Me calcé unos tenis y, sin maquillarme, me hice un moño rápido en la parte de arriba de la cabeza. Subí al coche y me llevé la sorpresa de que, en el asiento trasero, Jason ya estaba listo para partir. Me sobresalté un poco pero me apresure a poner en marcha el vehículo.

-¿Se te olvidó que me iría contigo? -preguntó mi hermano con una sonrisa.

-Para nada.

Ander se subió en el asiento de copiloto y no dijo palabra, solo tenía ojos para su teléfono.

Durante el tiempo que tardamos en llegar a la escuela, Jason no paró de hablar sobre lo emocionado que estaba de ver a su nueva amiga y Ander siguió concentrado en su teléfono, riéndose ocasionalmente de mi hermano. Al parecer era nueva en Los Ángeles y era una "niña encantadora" dijo Jason. A veces me sorprendía la forma de hablar de ese niño, siempre tan educado, pero recordé que mis padres también me obligaban a usar palabras "diplomáticas" cuando era pequeña y la sorpresa se esfumó. Lo dejé en la escuela y le desee un buen día.

-No olviden recogerme a la salida. Los quiero.

Nos dijo antes de bajar corriendo y entrar felizmente en su colegio. Cuando llegué al instituto tampoco pasó mucho. Tenía latín y me apresuré para llegar temprano. Me encontré con Clark en el camino y cuando lo ví comprendí que no había dormido mucho. Eso solo podría significar algún problema, al ver su expresión extrañada confirmé mis sospechas y estuve a punto de preguntarle cuando alzó el brazo y gritó un ¡hey! a otro chico del equipo de americano. Después de darle una amistosa palmada en el hombro, llegó a mi lado y antes de que pudiera preguntar, cambió al tema de la fiesta. Las clases pasaron sorprendentemente rápido, Clark no dijo palabra de aquello que lo tenía tan angustiado y por eso mismo no le pregunté. Cuando tuve química con Max se rió de mí por tener mis apuntes tan arreglados, dijo que eran dignos de un museo y yo simplemente puse los ojos en blanco. Tuve dos aburridas horas de historia del mundo y descubrí que Mason también estaba en esa clase. Notó que lo miraba y volteo a verme con indiferencia para, segundos después, volver su atención a la clase. Ví que charlaba con Stacy Anders, teniendo en cuenta que los dos me odiaban y yo no disfrutaba especialmente su presencia no pude evitar pensar "son tal para cual".

Hoy iríamos a almorzar a un café, muy lujoso para mi gusto, pero le tocaba escoger a Max, además tenían los mejores waffles de California. Aunque era un local pequeñito era hermoso, con una decoración rústica y una barra de waffles para ponerles todo lo que se te antojara. La iluminación era cálida y los pequeños focos que colgaban de un lado al otro le daban un enorme parecido a las cafeterías de Francia. Max se fue conmigo en el coche y al contrario del día anterior, llegamos últimos a Waffle Empire.

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