Capítulo 44- Sarah

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NOTITA: Hola bellezas !!!! Siento que hacía un buen rato que no me tomaba el tiempo de saludarlos, pero habrá que volver a ese hábito. Yo sé que algunos de ustedes ya han leído este capítulo, y si le volvieron  a picar a la notificación de que se actualizó algo en la historia, les mando todo mi amor y les digo: ¡GRACIAS!  No quiero alargarme tanto, pero creo que es algo que se me da...

Tratando de escribir el siguiente capítulo, me di cuenta que no podía darles el final que tanto ustedes, como los personajes, e incluso me voy a permitir ser egoista y me voy a incluir en la lista, nos merecíamos si no podía soportar el final del capítulo 44. Así queeee... cambié el final. 

Espero que puedan tomarse unos minutitos para leerlo, y si lo hacen se los voy a agradecer por siempre jajajaja. Muchas gracias por seguir aquí, acompañandome en esta aventura .

Sin más que decir... Con ustedes: el capítulo 44... remodelado.

Si hablamos de verdades, siempre supe que mi mundo no era como todos lo pintaban. No era maravilloso como sólo podría serlo el de una niña bajo la cuenta millonaria de sus padres. No era perfecto como las revistas lo describían. Y claramente, no era tan seguro como mi familia lo hacía parecer; las extorsiones, amenazas o sustos que ciertas personas se dedican a dar de a gratis nos habían llegado más veces de las que podría recordar. No había ni qué decir del tema de Dee.

Pero había algo que desde que empezamos a salir yo sabía que era totalmente cierto: el cariño que Mason me daba. Sabía que, además del cariño, me daba absolutamente todo de él. Nunca me había mentido, esa era la realidad. Sus palabras eran exactas a lo que pensaba, no necesitaba adornarlas como yo hacía, y sus ojos siempre me dejaban ver la honestidad a través de ellos.

Por eso cuando empezó a caminar, seguido de Santiago, al restaurante y vi que su mirada parecía atormentada por algo que le pesaba a su honestidad, mi primer pensamiento fue que algo estaba mal.

Nunca creí en la energía que transmitían las personas, tal vez porque no era de las personas que podían sentirla, pero en ese momento muchos de mis sentidos se pusieron en alerta.

-¿Todo está bien? -le pregunté al oído a Mason cuando por fin se sentó a mi lado después de saludar a todos, recibir felicitaciones y soltar sonrisas falsas.

Puede sonar como la cosa más cursi, pero sabía que la sonrisa era falsa porque simplemente no era de la que me había enamorado.

Sus ojos me miraron, juro que ambos intentaron brillar, pero no pudieron.

Se acercó, me dio un beso en los labios y habló contra mi boca.

- No te preocupes por nada, Villita.

Me dió un beso en la punta de la nariz y traté de relajarme. No me había mentido, pero tampoco había respondido mi pregunta con lo que yo esperaba.

-Vale -contesté y al no escucharme convencida, se pegó más a mi en el booth en el que estábamos sentados y me puso la mano sobre el muslo.

Escudriñé los platillos que había en el menú y de reojo vi que se mordía los labios como si algo le hiciera gracia. Después sentí la manera en la que su mano iba subiendo poco a poco por mi pierna, mi piel se enchinaba bajo su tacto e intenté respirar de forma regular aún cuando sus dedos trazaban círculos en la parte más alta de mi muslo.

Con las mariposas volando horrorizadas y hormonales por todo mi estómago, sentí como si aquel mal presentimiento al verlo entrar al restaurante cediera ante sus manos.

Mi móvil sonó con una notificación de mensaje y, aunque ese último mes había estado completamente asustada por recibir otro mensaje de Andrew, al ver el nombre de Mason en la pantalla y su teléfono en la mano, sonreí.

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