𝑻𝒘𝒐

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El verano había dado inicio y sólo era cuestión de horas para que las puertas del campamento Corner se abrieran después de haber estado treinta años cerradas

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El verano había dado inicio y sólo era cuestión de horas para que las puertas del campamento Corner se abrieran después de haber estado treinta años cerradas. Pero aún no era el momento, ya que habían varias cosas que arreglar antes de la reapertura.

Después del último día de clases, Mackenzie Black pasaba la tarde ayudando a su abuelo a bajar del auto unas cajas que contenían objetos y documentos necesarios para la reapertura del día siguiente.

Los padres de Mackenzie murieron cuando era muy pequeña y por lo tanto ha pasado toda su vida viviendo con su abuelo. Él era como su figura paterna, siempre la protegía y la apoyaba. Ella era obstinada y decidida justo como él, era su viva imagen.

Stanley Black no era un hombre muy sociable, en realidad, desde pequeño estaba acostumbrado a aislarse de la gente y por esa razón lo han tachado como un loco toda su vida, cosa que no le importa ya que la única persona importante para él es su nieta.

Cuando se le dió la oportunidad de reabrir el campamento después de la terrible masacre ocurrida hace ya varios años, el hombre aceptó sin dudas ya que necesitaba dinero para poder mantenerse. Pero había algo que le causaba terror, y era la tenebrosa leyenda de Henry Burns.

Él conocía la historia como la palma de su mano, y al ser una persona bastante credula, tenía millones de teorías escritas con marcador rojo en un periódico viejo que portaba la noticia de la masacre. Estos últimos meses, Stanley siempre llevaba ese periódico y escribía más de sus teorías sobre la leyenda.

Mientras Mack terminaba de bajar las últimas cajas, el señor Black leía ese periódico por millonésima vez en el cobertizo. Había algo en él que lo hacía creer en esa leyenda, es decir, concordaba perfectamente con la noticia y con todo lo que la policía dijo que sucedió aquella noche. Tenía que ser verdad y temía que esto fuera así ya que no quería que le hicieran daño a los campistas.

Los pensamientos del viejo fueron interrumpidos por su nieta, la cual se aproximaba al cobertizo y por esa razón el hombre escondió el periódico dentro de la caja más cercana. Al igual que él, Mackenzie era bastante credula así que sabía que si la chica se enteraba de la leyenda y de todas sus teorías comenzaría a volverse loca.

- Está todo listo, abuelo- entró la chica al lugar-, estas son las últimas cajas del auto- dijo con la respiración agitada.

- Me alegro, ahora podemos continuar con las del remolque- ante las palabras de su abuelo, la rubia abrió los ojos como platos.

- ¡¿Qué?!, creí que solo eran las que estaban en el auto- se quejó haciendo sonreír al hombre.

- Gracias por la ayuda, Mack- le sonrió tiernamente-. Este va a ser un buen verano para ti, lo presiento.

- Espero que tengas razón, porque mi último día de clases fue tan asqueroso como el resto del año- bufó.

- Hablando de eso, ¿dónde está el documento que el director me pidió que firmara?- la chica se sorprendió al escuchar sus palabras.

𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒑𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒏𝒆𝒓 𝒁𝒐𝒅𝒊𝒂𝒄𝒐 [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora