𝑵𝒊𝒏𝒆

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El cielo estaba pintado de un verde brillante, el viento arrasaba de forma violenta, y los doce adolescentes que se encontraban frente a esa casa no lograban articular una palabra ante lo que presenciaban sus ojos

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El cielo estaba pintado de un verde brillante, el viento arrasaba de forma violenta, y los doce adolescentes que se encontraban frente a esa casa no lograban articular una palabra ante lo que presenciaban sus ojos. La pesadilla que habían tenido durante los últimos días se había convertido en una desagradable realidad que podría significar el fin de todo lo que conocían.

Ante las miradas aterradas de los jóvenes, el primero que abrió la boca fue la aterradora criatura con el rostro quemado que estaba parado frente a ellos aún a varios metros.

- Hola chicos, ¿qué hacen despiertos tan tarde?- su voz era seca y macabra, sin duda era terrorífica-. Bueno, no se peleen por hablar, es muy grosero despertar a un hombre del sueño eterno y que ni siquiera se presenten- volvió a reír notando los rostros aterrados de los jóvenes-. Pero tranquilos, no es necesario que digan nada, los conozco como a la palma de mi mano.

Seguían sin poder moverse, parecía como si su lengua estuviera atada y les fuera imposible hablar. La garganta estaba seca y temían que si intentaban decir algo su cuerpo explotaría. La combinación del frío y el miedo se convirtió en una peligrosa mezcla de emociones que los paralizaba y les impedía siquiera llorar.

- Hola Noah, hola Heather, hola Josh, hola Peyton, hola Morgan, hola Zack, hola Jane, hola Rachel, hola Jonathan, hola Harvey, hola Mack- cada que mencionaba un nombre, era como si cada uno de los chicos fuera despertando poco a poco de un estado de shock-, y mi liberador- dijo después de un momento de silencio-, hola Bradley, gracias por sacarme de aquí.

Ante la inminente risa del hombre, Bradley no pudo evitar sentirse culpable por lo que les estaba sucediendo, pues era justo. Aunque él quisiera negarlo, todo eso era su culpa.

Zack tomó valor y logró distraer a su cuerpo del frío para poder hablar y ser el primero en responderle al hombre.

- ¿Cómo sabes nuestros nombres, maldito engendro? - gritó temeroso.

- Oh Zack, tal vez no lo sepas pero hice un pacto con el diablo- dijo con sarcasmo mientras volvía a reír-. Sus nombres no son lo único que sé.

Los chicos solo atinaron a mirarse unos a otros buscando la manera de explicar lo que estaba pasando.

- Por cierto, tengo un ofrecimiento para ti, Bradley- dijo llamando la atención del chico.

Los once adolescentes miraron con el ceño fruncido al joven Denbrough, mientras que este no dejaba de mirar con atención al hombre que se hacía llamar Henry Burns.

- Por liberarme, te ofrezco unirte a mi- no daban crédito a lo que acababan de escuchar-. Dejarías a este grupo de ridículos maricas, serías una especie de Dios de la muerte igual que yo, y lo más importante, no terminarás muerto como el resto de tus amigos.

El rubio miró al suelo mientras sentía como su respiración fluía más velozmente y su corazón latía con más rapidez ante las palabras del hombre. Podría sobrevivir, sería poderoso, es todo lo que cualquiera querría tener, pero la vida de todos estaba en juego.

𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒑𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒏𝒆𝒓 𝒁𝒐𝒅𝒊𝒂𝒄𝒐 [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora