Hobbs y Shaw // Deckard Shaw

Parte 2

Llevábamos mas de media esperando a que Luke saliera, ya que el señor había decidido salir por su cuenta, en vez de salir en cuestión de segundos con ayuda, al parecer y quería saludar a viejos amigos. 

- Alístense, ahí vienen- ordeno don nadie a los soldados que nos rodeaban. 

Salieron por las enormes puertas de metal dos hombres, uno obviamente era mi hermano, en cuanto al otro no se me hizo difícil saber quien era, Deckard Shaw. Mi mirada se quedo con ellos dos, ya que estaban en posicion de que empezarían una pelea en cualquier momento. Afortunadamente pararon al ver que todo mundo los observaba.

- Bien, solo tardaron un poco mas de lo que crei - concluyo don nadie.

Los soldados se dispersaron y ya no vi que sucedio con Deckard.

- Hablaste con la niñera de Sam? - mi hermano me tomo por sorpresa. Realmente andaba muy perdida en mis pensamientos, tal vez no queria aceptar el hecho de que tenia que idear como capturar a Toretto. 

- Si tranquilo, esta todo bajo control - una leve sonrisa se reflejo en ambos - sera mejor irnos, los demás nos deben de estar esperando. 

Fuimos directo a la base, note que atras del auto en el que íbamos también se dirigía uno, me pareció raro pero no le tome tanta importancia. Ahora solo queria concentrarme en lo que vendria. 

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- Ya era hora de que llegaras pequeña Hobbs, pon orden aqui - Rom levanto sus manos haciendo que viera las esposas que tenia,  de inmediato busque las llaves, no habia razon para que el ni los demas las tuvieran

- Un Hola no vendria nada mal no crees Roman? - en cuanto lo libere de las esposas procedio a abrazarme y intentar bajar un poco sus manos  - oye no toques mas de lo que debes - le advertí - chicos ha pasado tanto tiempo - salude a todos. No estaban tan animados y no era para menos, su alfa los habia dejado. 

- Siento mucho lo sucedido Letty, creeme que haremos lo posible por encontrarlo.

- Si, solo desearia entender por que lo hizo.

- Hobbs,  estas ocupada? - llamo mi atencion don nadie - necesito a alguien que vaya un momento a decirle a los suboficiales que completen lo que les dije y si no te molesta traer un par de papeles que debo firmar.

- Ahi lo tienes a Gibson para hacer los mandados - el rubio solo me dio una mala mirada. 

- Si quisiera que fuera Gibson se lo diria a el - me tomo del brazo y me llevo un poco mas apartado para que los demas no oyeran - necesito que guíes y traigas a una persona hasta aqui, no quiero que los demas soldados ni agentes se involucren en este asunto. Aparte por lo que tengo entendido no te va a disgustar hacerlo.

- Disculpa, no entiendo a que te refieres - sonreí incrédula - en fin , a donde me tengo que dirigir? 

- Solo ve al piso de abajo, alli estarán - no hice mas que asentir y dirigirme a un largo pasillo que me llevaba hacia el elevador.

Tome el elevador y en un instante estuve abajo. Había olvidado preguntar donde estaban los dichosos papeles, no me volvería solo para hacer una simple pregunta, tal vez si encontraba amigable a esa persona que me dijo don nadie le pediria ayuda. 

- Buenas noches muchachos, soy la agente Hobbs y vengo de parte del señor nadie - tome aire, me habia puesto nerviosa con tantos tipos prestándome atencion - me pidio que ustedes completen lo que el les pidio.

- De acuerdo señorita - un hombre se puso de pie y me miro divertido - varios de nuestros hombres ya se estaban cansando de vigilar a este criminal, aunque parece que no desea ir a ningun lado - me entrego una llave, lo cual me dejo confundida - el tipo esta adentro de la habitacion, le pusimos llave por que nuestro jefe nos advirtio que era ingenioso, buena suerte - se despidieron y salieron de la sala donde estabamos.

No hice mas que soltar un suspiro, carajo don nadie, por que tuve que contarte que Deckard y yo habíamos tenido algo en su momento. Sabia quien estaba atras de esa puerta, si fuera por mi lo dejaria ahi para siempre. Procedí a abrir la puerta y estaba ahi sentado en un sillon, pensativo, siempre con ese seño fruncido, el cual tuve oportunidades de que cambiara a uno alegre. Nuevamente frente a frente, no sabia de que manera dirigirme a el, talvez y solo usaria una manera profesional para el asunto. Tenia muchas preguntas para el ya que jamas pudimos hablar sobre nosotros cuando nos vimos en New York, preguntas que de seguro jamas haria.