Capitulo 9

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—OYE, Gun, ¿llevaste esos papeles al colegio? —preguntó Off al recordar que Gun no lo había mencionado.

—Sip. —Sonrió—. Sólo tengo que llevar a los niños al médico para asegurarme de que tengan todas sus vacunaciones y estarán listos para empezar el colegio en otoño. —Gun abrió la puerta trasera del restaurante y los niños entraron corriendo hacia la habitación que ahora consideraban como suya sin siquiera mirar a su alrededor. El suelo estaba lleno de camiones, coches, bloques de construcción; todo lo imaginable. Gun caminó de puntillas por el desastre hacia donde los niños habían empezado a jugar—. Esta noche antes de irnos tienen que asegurarse de recoger todos los juguetes.

—Si, Gunnie —respondieron sin mirarlo.

—Lo digo en serio. No quieren que el tío Off se tropiece con algo y se haga daño cuando llegue la hora de leerles, ¿verdad?

Ambos dejaron de jugar. Culpabilidad; que maravillosa era en ocasiones.

—Lo recogeremos todo. —Y como si quisieran demostrarlo, empezaron a recogerlos bloques y a meterlos en su bolsa. Gun notó que recogieron casi la mitad antes de perder el interés y volver con sus camiones.

—Volveré más tarde para echar un vistazo, y más vale que los juguetes estén recogidos.

—Lo haremos.

Sabía que la batalla no había acabado pero pensó que la lucharía más tarde, cuando tuviera disponibles las pistolas grandes. Durante la última semana o así, había descubierto que solían hacer lo que Off quería cuando se lo pedía, y que trataban de escaparse con Gun. No funcionaba, pero seguían intentándolo. Cerrando la mitad inferior de la puerta holandesa, una adquisición reciente, pasó por la cocina y compartió una sonrisa con Off antes de entrar al comedor y empezar a trabajar.

El turno del almuerzo estuvo bastante ocupado y apenas tuvo oportunidad de visitar a los niños por más de un minuto. Cuando se calmó, Gun consiguió unos minutos para volver. Echó un vistazo y encontró a Suchart viendo la televisión mientras que Somchai se había dormido acurrucándose junto a él en el futón, y por supuesto, no habían recogido ningún juguete. De hecho, habían sacado incluso más. El suelo parecía un campo de minas de juguete.

—Suchart —dijo en voz baja—, apaga la televisión y empieza a recoger los juguetes. —Debió ser por la expresión severa que tenía, ya que el niño se levantó del futón y fue hasta la televisión para presionar el botón de apagado.

—¿Y qué pasa con Somchai? —Se volvió y apuntó a su hermano dormido.

—Si recoges los juguetes puedes elegir los cuentos de esta noche.

Suchart abrió los ojos como platos y empezó a recoger los camiones, colocándolos después en la caja de la esquina. Sonriendo para sí, Gun volvió al comedor.

—Oye, Gun, una señora pregunta por ti. —Krist apuntó a una mujer que se estaba sentada en uno de los sillones—. Ha preguntado por tu nombre completo —añadió, inquietante.

Preguntándose lo que podría querer, Gun se acercó, limpiándose las manos en un paño.

—Soy Gun Atthaphan.

La mujer se levantó.

—Me llamo Helen Groveson, trabajo en el Servicio Tutelar de Bangkok, y tengo algunas preguntas que hacerle sobre —Abrió su bolso y sacó una pequeña libreta—, Somchai y Suchart Atthaphan.

—Mis hermanos.

—Sí. —De repente pareció incómoda—. ¿Hay algún lugar en el que podamos hablar en privado?

RECETA DE AMOR [Finalizado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora