Otras vidas

[ Cuatro ]

_____________________________________________

Almas gemelas
...
O su reencuentro después de años de espera.
_____________________________________________

Abrió los ojos sobresaltado y miró a su lado para comprobar que su esposo siguiera dormido a su costado. Ahí, justo a su lado profundamente dormido se encontraba Harry Potter o, como a Tom le gustaba presentarlo, el amor de su vida.

Se habían casado hace un par de días, Tom recordaba cómo James Potter le entregaba a su hijo frente al altar antes de darle una última advertencia sobre cuidarlo con una sola mirada... cosa estúpida porque Riddle haría lo que fuera para que su niño tuviera la mejor vida de todas.

Cuando tocó decir sus votos, Tom no pudo contener que algunas lágrimas bajaran por sus mejillas cuando Harry dio el "acepto". Recuerda exactamente lo que había pensado en esos momentos: ¿Qué había hecho para merecerlo?

Recuerda haber pensado en que debió haber hecho algo jodidamente bueno para hacerlo, aunque sabía que no había hecho nada absolutamente bueno en esa vida como para que Harry estuviera sonriéndole frente al altar. Había pensado que, lo que sea que hizo en sus otras vidas, debía ser lo suficientemente asombroso.

No había entendido cómo una persona podía verlo con tanto amor y comprenderlo de maravilla aún cuando eran tan distintos.

Tom amaba cada parte de Harry.

Acarició con cuidado la mandíbula de su durmiente amante, conteniendo un temblor cuando volvió a caer en la belleza que poseía Harry, con sus pestañas oscuras y piel morena. Sus pequeñas pequitas que a simple vista no las podías diferenciar, pero estando a uno centímetro de su rostro podrías verlas con facilidad.

En su mente recordó al joven atrapado bajo el escritorio con la bomba, al adorable chico acostado en la camilla de hospital y al viajero sediento en la arena del desierto. Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas. Puede que él haya salvado a Harry en sus vidas pasadas, pero Harry lo había salvado en ésa.

Justo cuando iba a rendirse, cuando pensaba que nada valía la pena para quedarse en ese mundo... Harry llegó corriendo y se estampó contra él en medio de una calle, ¿quién diría que ese simple momento cambiaría toda su vida?

Mordió su labio inferior cuando notó a su chico soltar un pequeño suspiro y moverse para acurrucarse cerca de él. Era tan hermoso. Tom casi se alejaba de él porque no creía que mereciera a tal criatura tan inocente y pura. Soltando su labio con cuidado, un suspiro se le escapó.

No podía contener tanto amor y se le hacía ridículo haber pensado antes que algo como eso no era para él.

Pasó su mano por el suave cabello (que no sabía cómo podía verse tan desordenado) y jaló el rostro de Harry a centímetros del suyo, comenzando a dar una metralleta de besos por toda su linda carita. No hacía falta decir que lo había despertado y, ahora, Harry se encontraba riendo mientras rodeaba el cuello de Tom con sus brazos.

—Buenos días —murmuró Harry adormilado. Tom adoraba esa ronca voz.

—Son buenos porque estás conmigo —dijo en contestación, causando de nuevo la revoloteante risa.

—Te amo.

La declaración no era nueva, pero el cuerpo de Tom parecía reaccionar a ésta como si fuera la primera vez que lo decía... Ya no habría cartas, no habría anhelos ocultos ni recuerdos pasajeros. Ahora podía obtener las palabras de Harry sin la necesidad de esperar días para que un papel con tinta llegara a sus manos.

—Oh, amor... —Harry comenzó a pasando su dedo pulgar para detener el río de lágrimas que salían de los ojos de Tom, quien no solía llorar (la única vez que lo vio hacerlo fue en su boda, realmente) antes de comenzar a repartir besos para limpiarlas— Te amo. Te amo. Te amo —repitió sin cansarse hasta que Tom sólo pudiera descansar en su pecho, arrullándose con la suave melodía que hacían esas palabras en la boca de su chico y su rítmico corazón.

Tom podría haber salvado la vida de Harry millones de veces, pero aún así sólo podía agradecer lo que sucedió para poderlo merecer.