Pretty Boy «Percy Jackson Series»

5.Profecía, trabajos y nachos

No sabía que esperar.

¿Que era tan fuerte,como para capturar a una diosa?

No sabía que pensar,lo único que pedía era que donde sea que este mamá,se encuentre a salvó.

Me removi en el asiento de la supuesta “sala de conferencias de guerra” que en realidad era una sala normal con una mesa de ping pong.

Dionisio hizo un movimiento con sus manos y surgieron nachos, galletitas saladas y algunas botellas de vino tinto.

Se veía feliz,pero la felicidad se fue cuando Quirón le recordó si castigo y que la mayoría eran menores.

Así que suspirando chasqueo los dedos y las botellas se transformaron en coca diet.

El señor D y Quirón-en silla de ruedas-Se sentaron en un extremo de la mesa. Mientras que zoë,Bianca di Angelo y yo ocupabamos el otro extremo.

Thalía,Grover y Percy llegaron poco después,y posteriormente la sala se lleno de campistas-menos los hijos de Ares,que terminaron con algún qué otro hueso roto.

—Esto no tiene sentido—dijo zoë.

—Vivimos en un mundo donde existen satiros, monstruos y dioses—le respondí yo—Nada en nuestra vida tiene sentido.

Esta iba a replicar pero fuimos interrumpidos.

—¡Nachos!—exclamo Grover y empezo a agarrar galletitas y pelotas de ping pong a dos manos y empezo a untarlas en un extraño líquido.

Zoë hizo una mueca y yo me límite a ver los nachos con curiosidad.

Agarré un nacho y lo observé con curiosidad de un lado a otro.

Sentí la mirada de Percy en mi. Al igual que la de otros campistas pero estaba más concentrado en el nacho.

—No hay tiempo para charlar—dijo zoë viendome con indiferencia—Nuestra diosa nos necesita. Las cazadoras hemos de partir de inmediato.

Zoë me quito el nacho de las manos y lo unto en el líquido para después ponerlo frente a mi boca. Sin saber que hacer abrí mi boca y sentí como zoë metía el nacho en mi boca.

—¿A donde?—pregunto Quirón.

—¡Al oeste!—dijo bianca. La verdad Bianca me había sorprendido mucho,solo habían pasado unos días desde el juramento y ya parecía otra persona.

Llevaba el pelo trenzado como zoë dejando ver su cara. Tenía un puñado de pecas esparcidas por la nariz y sus ojos oscuros se hacían notar—Ya has oído la profecía,«Seis buscarán en el oeste a la diosa encadenada»,podemos elegir a seis cazadoras y ponernos en marcha.

—Si—asintio zoë—¡La han tomado como rehén! Hemos de dar con ella y liberarla.

—Se te olvida algo como de costumbre—exclamo Thalía—«Campistas y cazadoras prevalecen unidos». Se supone que debemos hacerlo entre todos.

—Lamento decirte zoë—exclamo tragando el nacho y pasando mi lengua por mis labios para limpiar el extraño líquido que el nacho tenía—Pero ella tiene razón.