Mi nombre es cristal, también me puedes llamar esmeralda, soy la más antigua de nosotras, pero esto no significa que sea la líder ni mucho menos la mejor... Nací hace varios años, en donde fui realmente feliz, hasta que llegué a conocer el dolor que el mundo podría hacerme sentir ...
Suelo confiar demasiado en las personas, cosa que rubí odia de mí, si soy sincera le tengo miedo, ella es alguien con demasiada oscuridad en su interior, pero saben no la culpo, nació de las cenizas...
Me podría describir a mí misma como alguien demasiado soñadora, tengo la esperanza de que el mundo mejorará y todo eventualmente pasará, en muchas ocasiones he llorado demasiado debido a los golpes que he recibido por parte de aquellos que decían amarmen, los perdoné a todos es mi naturaleza, aunque dar segundas oportunidades es mi perdición, en muchas ocasiones debo rogarle a rubí y a azul que me permitan tomar decisiones, ellas tienen miedo de que yo tome el control, porque saben que saldré lastimada...
En una ocasión tomé el control de todo, estaba realmente feliz, conocía personas que desde hace mucho deseaba hablar, pero como me lo advirtieron resultaron ser hienas dispuestas arrancar cada una de mis sonrisas, lloré demasiado al sentir tanto rechazo no lo entendía había sido una buena niña, cumplí sus deseos obedecía al pie de la letra, pero cuando no veía clavaban estacas en mí, recuerdo haber tenido muchas crisis y recaídas, en donde cedí el poder a rubí, lo que recuerdo después es habernos despertado con mucho dolor corporal, habíamos matado muchas mariposas ; como era de esperarse azul castigó a rubí dejándola encerrada, más no duró mucho tiempo, azul no puede mantenerse mucho tiempo en el poder, y yo no estaba en condiciones asique rubí volvió...
Ese día rubí me dejó encadenada en una esquina, azul estaba perpleja mientras veía aquello que estaba haciendo rubí, yo gritaba quería vivir, quería hacerlo pero era demasiado tarde, ella había tomado su decisión... Nuestra decisión...
En los siguientes minutos rubí estaba sin aliento no decía nada, no sé cómo ocurrió pero logré tomar el control y abrir la puerta;nuestra hermana entró y nos ayudó. Azul no sabía que decir o hacer, yo tan sólo lloraba pensando en las consecuencias que tendríamos, rubí estaba feliz aunque frustrada por no completar aquello que había deseado...
Se qué no soy la mejor para manejar nuestro cuerpo, ni tomar decisiones porque en la mayoría de casos mi deseo por creer en los demás se apodera de mi hasta el punto de herirnos, se que las cristales quieren cuidarme siempre están para mí cuando no puedo más, cuando la maldad del mundo me asfixia, aveces creo que rubí tiene la razón pero yo solo deseo que podamos ser felices como un día lo fuimos...
Sin importar que tan diferentes seamos, todas buscamos, la felicidad... - esmeralda
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