Apenas desperté esta mañana, recorrí toda la casa de mi Sapfirovyye glaza mientras él seguía durmiendo. Anoche Seth me hizo el recorrido, si, pero me sentía tan conmocionada que no le puse verdadera atención. Una fotografía sobre un pequeño mueble me llamó la atención, y mis ojos contemplaron con suavidad lo que estaba viendo. Tomé la fotografía en mis manos, viéndome a mí misma de ocho años junto con mi Sapfirovyye glaza.
—¡Sapfirovyye glaza! ¡Sapfirovyye glaza! —exclamé emocionada al verlo entrar por la puerta de entrada, llegando con Papá.
Él dejó su mochila a un lado en el piso y me tomó en brazos—. Mi hermosa Ojitos grises —murmuró mientras enterraba su cabeza en mi cabello—. Te extrañé tanto, pequeña.
Lo abracé fuertemente—. Yo también... —susurré—. ¿Por qué no ha venido? ¿Acaso no quiere verme más? —pregunté desanimada.
Él me miró con tristeza—. Claro que no, hermosa. Es solo que la universidad me tiene hasta el cuello con trabajos y con mi internado —me miró con suavidad—. Jamás te olvidaría, Lilith.
—¿Y a mi no me vas a saludar? —murmuró Papá a mi espalda.
Seth me bajó y me fui directo hacia Papá, él me tomó en brazos y me dio suaves besos por mi rostro mientras reía encantada—. ¡Ya basta, Otets! ¡Tú barba pica!
Él me miró con indignación fingida—. Me afeité hace dos días.
—¡Pero pica!
—Aprende de mí, Alucard —Seth lo miró—. Siempre me afeito cuando vengo a ver a Lilith, tu pequeña hija es muy exigente —murmuró con diversión mientras avanzaba hacia la sala de estar.
Me reí.
Él me miró con suavidad—. Bien, cuando nos vayamos a dormir, me afeitaré —murmuró mientras avanzaba hacia los sofás y me dejaba en el sentada con suavidad—. Iré por algo de tomar, ahora vengo.
—Ojitos... —murmuró Seth mientras se levantaba y sacaba un paquete café de su mochila, luego volvió y se sentó frente a mí—. Ten, espero que te guste.
Tomé el paquete en mis manos y le saqué el envoltorio con suavidad, notando un libro grueso en pasta dura de un marcado rojizo carmín con el título de Drácula en una letras grandes y negras. ¡Era la edición limitada que había salido hace tres días!
Sonreí encantada llevándome el libro al pecho—. ¡Me encanta! ¡Gracias, Sapfirovyye glaza!
Él me sonrió con suavidad—. No es nada, hermosa —palmeó sus piernas—. Ven aquí.
Me levanté y fui directo a sus brazos, él me sentó en sus piernas, abrazándome por la cintura—. ¿Son muy difíciles los trabajos? —pregunté curiosa.
—Más o menos, lo que estresa no son los trabajos o el internado, si no los docentes que están encima tuyo presionando —se quejó amargamente—. Estas tres semanas estuve a punto de golpear a varios, si no fuera porque Caym me detenía, a esta hora creo que ya estaría expulsado.
Lo miré preocupada—. Tiene que tener paciencia, Sapfirovyye glaza. No puede perder los estribos así como así, yo misma lo he visto esforzarse por sacar la carrera adelante, no puede echar todo por la borda todo su trabajo por el enojo hacia unos docentes.
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LA FLOR DE LA MUERTE © #1
Mystery / ThrillerMuertes. Es lo único que quiero. Quiero destruir. En mi sangre llevo el arte de asesinar. No quiero perdonar. No quiero dar misericordia. No quiero una maldita tregua. Quiero que se arrastren en mi Infierno. Mi Sed de Sangre me exige venganza...