Forbidden (Adrinette)

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Adrien no quería dejar de tocar el cuerpo de Marinette. Quería que sus cuerpos estuvieran presionados en todo momento. Y la cama era un mejor lugar para ello.

Aun así, a regañadientes, decidió erguirse.

Los ojos de Marinette recorrieron su cuerpo y se abrieron de golpe cuando vio la erección de Adrien. Adrien lo notó y antes de que el pánico la llenara, se puso de pie, congelándose cuando la mano de la menor se cerró alrededor de él, haciéndole gemir con el primer roce.

El agarre de Marinette se apretó mientras sus ojos se bañaban de determinación. Adrien mordió su labio inferior cuando se dio cuenta lo que Marinette iba a hacer.

La menor se inclinó hacia adelante y sacó la lengua, haciendo que el mayor contuviera el aliento cuando la lengua se envolvió alrededor de la cima de su erección y la fría sensación del piercing recorrió su piel antes de que Marinette abriera la boca y tomara un poco de él.

Marinette retrocedió, lamiendo sus labios, tragando saliva y regresando a lo de antes, dejando solo la cima en su boca y lamiéndola. Gimió suavemente y lo tomó en su boca. El agarre alrededor de la dura extremidad se ciñó, y la mirada de Adrien estuvo enfocada en su rostro. Su garganta se apretó, quizá sabiendo lo que vendría, y sus ojos miraron los de Adrien, ligeramente insegura.

Adrien asintió, colocando sus manos en las mejillas de la menor, frotando sus pulgares contra su piel.

—Hazlo... —empujó un poco sus caderas, y Marinette tomó unos cuantos centímetros más en su boca. Adrien volvió a mover las caderas, gruñendo ante la sensación de la boca de Marinette ciñéndose alrededor de él. Sintiendo el piercing contra su piel -cada vez que Marinette movía la cabeza - era una sensación que Adrien adoraba.

Las rodillas de Adrien estaban temblando, y tuvo que dar lo mejor de sí para mantenerse de pie. Los siguientes movimientos fueron profundos y Marinette retrocedió, tosiendo.

—L-lo siento... —Adrien susurró y acarició los cabellos de Marinette. —No pude evitarlo.

Marinette lamió sus labios y lo miró.

—¿Puedo seguir haciéndolo?

Adrien gruñó y se inclinó, sosteniendo el rostro de Marinette.

—Sí, puedes seguir haciéndolo, pero vamos a la habitación.

Marinette se puso de pie y Adrien la besó. Los brazos de la menor rodearon los hombros de Adrien, haciéndole deseara tener 18 otra vez.

Adrien bajó la mano y sostuvo los pechos de Marinette, haciéndole gemir en el beso, moviéndose contra su mano.

El mayor rió.

—Vamos. —Dijo llevándose a Marinette directo a la cama. —Siéntate. —Le ordenó apenas llegaron.

Marinette se sentó, o mejor dicho trastabilló y casi cayó debido a que Adrien volvió a tocarla.

—¿Antes de hoy se la has mamado a alguien? —Adrien preguntó.

Marinette movió la cabeza.

—No...

Adrien rió y acarició la mejilla de la menor.

—Si no tuviera ganas de correrme dentro de ti, me encantaría coger tu boca y correrme en tu bonito rostro.

Los ojos de Marinette se abrieron grandes antes de bajar la mirada. Adrien sostuvo su mentón y dio un paso, sosteniendo su dureza.