════ ⋆★⋆ Everybody Hurts? ⋆★⋆════

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—Niña traviesa, —Adrien susurró y siguió lamiendo y deslizando su dedo dentro y fuera del cuerpo de Marinette. Eso era una de las cosas más sexy que Adrien había visto, pero no iba a dejar que Marinette lo supiera. Aún no. Su entrepierna estaba pulsando con cada pesado respirar de Marinette.

El dedo de Adrien se curvó en su interior. Cuando sintió lo que buscaba, presionó, atrajo otro quejido de Marinette, antes de regresar a los ligeros roces y lamidas. Adrien presionó su boca en la curva del trasero de Marinette y lamió. Cuando las caderas de la menor se movieron contra su dedo otra vez, Adrien agregó otro más lentamente. El cuerpo de Marinette se ciñó contra la intrusión y soltó quejidos tratando de alejarse.

Adrien volvió a presionar, solo un poco antes de retirar ambos dedos por completo.

—¿No te dije que no te corrieras?

Marinette se quejó.

—Lo siento...

—Lo sé, pero ese no es el punto. El punto es que me desobedeciste.

Los ojos de Marinette se abrieron y giró la cabeza para ver a Adrien.

Adrien sonrió.

—Y ya que me desobedeciste, serás castigada. ¿Qué te parece? ¿Crees que mereces unas cuantas nalgadas? —Adrien estuvo seguro que la menor no estaba respirando. Tocó el trasero de Marinette, apretando otra vez sus nalgas.

—Lo lamento. —Marinette susurró.

—Entiendo, pero si te dejo librarla con tu 'lo lamento', entonces no aprenderás, ¿cierto?

El mayor no estaba seguro de si Marinette aceptaba el castigo, pero no iba a ceder. Sujetó las caderas de Marinette y jaló su mitad inferior. La menor estaba temblando, pero se colocó de rodillas con el trasero en el aire. Adrien subió y bajó sus manos por los muslos y el trasero de la chica.

—No te preocupes. —Susurró. —Prefiero hacer más que castigarte, pero... Ya que te corriste tan pronto, recibirás cinco nalgadas como castigo, ¿de acuerdo?

Marinette tragó en seco y asintió, colocando el rostro en la almohada.

Adrien lamió sus labios, acarició el trasero de Marinette antes de golpearla, dejando que el sonido hiciera eco en la habitación, ocasionando que la menor gritara.

Adrien sostuvo su cadera con la otra mano, y antes de que el color rosado en su piel pudiera palidecer otra vez, el mayor volvió a golpearla. El tercer y cuarto golpe cayó en la nalga opuesta y la quinta justo en la curva de la primera.

Cinco no eran suficientes. Nada de eso, pero el rostro de Marinette mostraba dolor y no placer, así que Adrien pensó en castigarla de otro modo luego. Apretó ambas nalgas, y luego recorrió cada curva con la lengua yendo hacia su pequeña entrada.

Marinette gimió profundamente cuando sintió la lengua de Adrien.

Con un ligero golpe, el mayor se alejó.

—Solo un minuto, cariño.

Marinette lo miró con un puchero.

—Necesito lubricarte, —Adrien sentenció, dejando la cama. —Mucho, mucho para poder cogerte tan fuerte y rápido como quiero.

Marinette tembló, pero asintió, y Adrien vio su cuerpo relajarse en su posición, separando un poco las rodillas, curvando los brazos alrededor de una almohada, con el pecho y vientre bajando sobre la cama. La entrepierna de la chica estaba semi—humeda.

Adrien sostuvo una botella de lubricante y regresó a la cama, colocándose tras Marinette. Con las piernas separadas, Adrien pudo ver sus senos pendiendo y los sostuvo automáticamente, masturbándola.

Forbidden (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora