Prologo

519 85 3
                                    

Atthaphan camino ciegamente por el corredor, su coordinación era bastante mala, un par de veces tropezó con la alfombra en el camino, pero eso no lo detuvo, era sorprendente que, aunque hubiera vivido toda si vida en esta casa antes de irse a la universidad, no supiera a ciencia cierta donde estaba cada cosa. Era extraño como una persona no se fijaba en los pequeños detalles que no considera importantes.

<<Siempre se valora más las cosas cuando las pierdes>>

Se quejó cuando chocó contra algo duro, su costado dolió al golpearse con lo que parecía una mesa, el chirrido de la madera contra la baldosa al ser desplazada sonó demasiado alto en el pasillo desierto, no sabía decir que hora era o que día era, había perdido la noción del tiempo y no había visto a nadie por varias horas, ahora todo el mundo lo evitaba.

<<No puedo culparlos>>

Todo esto era su culpa después de todo, él se odiaba a si mismo ¿Por qué no lo harían los demás?

<<Si pudiera regresar el tiempo>>

Negó con la cabeza, él hubiera no existía, al menos era lo que le decía su terapeuta, no era como que le importara demasiado escuchar como el hombre intentaba hacer que aceptara su nueva condición.

<<Jamás la aceptaría>>

<<Jamás desaparecería la culpa>>

<<Jamás recuperaría lo que había perdido>>

<<jamás, jamás, jamás>>

Esa maldita palabra no dejaba de atormentarlo día y noche. A lo lejos comenzó a escuchar voces... ¿era el salón tal vez? ¿la biblioteca? Le costaría su tiempo acostumbrarse a no ver nada, estaba desorientado y no podía recordar hacía que parte estaba cada cosa, además lo habían colocado en una habitación en el primer piso ya que no sería seguro para él subir escaleras.

—¡Mi hijo! ¿Por qué mi hijo? —

Atthaphan se detuvo. Los gritos de Wattana eran descontrolados y desesperados, le partieron el corazón. Escucho la voz de su padre tratando de consolarla, pero nada lograba controlar la angustia de su madrasta. La mujer, continúo gritando y cada palabra que decía estaba llena de odio y rencor hacia una persona... hacia Atthaphan.

Atthaphan se llevó su mano hacia su rostro. El vendaje que cubría sus ojos era un recordatorio que no estaba soñando, que a pesar de la oscuridad que lo envolvía, todo era verdad. No lloro. No podía. Sus ojos estaban secos... inútiles. Estaría ciego de por vida, pero aun así había perdido algo peor.

Su corazón sangró cada que escuchó la voz de su padre. La angustia y tristeza eran claras. Trataba de consolar a su esposa, pero no lo lograría. No lo haría si el mismo no podía encontrar consuelo en sus palabras. Ellos jamás se recuperarían de esto y todo era culpa de Atthaphan.

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora