Capítulo 29

22 4 0
                                    

Esa misma noche...

Caminábamos bajo la lluvia con una nueva esperanza, era lo único que teníamos. Quería hablar con Jace pero pensé que no era lo mejor que podíamos hacer en este momento, debería tomar un descanso solo para mi.

–Oye ¿y si hacemos un pequeño viaje?– en estos momentos lo único que quería era tener a Patric conmigo en todo momento.

–¿Y a donde iríamos?– preguntó sonriente parecía ser una buena idea para el.

–¿Entonces eso fue un si?– el asintió con la cabeza y continué. –Deja todo en mis manos será una sorpresa– llegamos a el edificio donde estaba su departamento y pasamos, quien cuidaba la entrada se nos quedó viendo raro talvez era el hecho que veníamos empapados.

Llegando al apartamento, lo primero que hicimos fue darnos una ducha, eramos fieles creyentes de que si nos mojamos y no nos bañamos nos podíamos resfriar. Lo sé suena como frase de mamá.

Terminando nuestra ducha nos fuimos al cuarto de Patric, quien se veía un poco triste, claro no le alegra la noticia de que con la persona que estás en estos momentos tiene que casarse con un familiar suyo.

Nos acurrucamos en su cama, estábamos mirando el techo sin alguna palabra la incomodidad era evidente. –Oye sabes que no te obligó a estar conmigo en momentos asi– dije sin morderme la lengua. El volteo de inmediato y me abrazo fuertemente.

–Eres lo que más quiero, no quiero perderte– dijo sin soltarme ni yo a el. Nuestro lazo se había hecho cada vez más fuerte.

–¿De donde conocías a Jace? Se ven muy familiares– dije mientras me recostaba en su pecho. –El y yo somos Parabatai... tenemos un lazo que nos vincula, lo que yo siento el lo hace y viceversa somos más que hermano u amigos pero nos distanciamos desde que supimos lo de tu madre yo no apoyaba lo que estaba haciendo– me asombró lo que me dijo nunca pensé que fueran así de unidos.

Mi único remedio fue dejar ese tema así, esa noche fue una de las más insoportables que pude tener no podía casarme aún, tenía tanto que vivir y hacer pero en el fondo me importaba mi madre. Gracias a ella estoy conectada a este mundo, gracias a ella pude conocerlos a ellos.

En la mañana siguiente sentía que mi vida pronto acabaría, no quería estar con alguien más. A pesar de mi curiosidad por Jace mi corazón le seguía perteneciendo a Patric. –¿Estas bien?– preguntó alguien en la entrada del departamento.

–No, no lo estoy ella se tiene que casar con alguien más y yo no soy lo suficientemente fuerte o capaz  de detener ese estupido matrimonio– la voz se quebraba tal vez de dolor.

–Lo entiendo, se como te sientes pero si puedes hacer algo.– ellos seguían hablando mientras yo escuchaba por el cuarto.

–No planeo matar a mi primo y lo sabes– el otro chico solto una pequeña risa. –Puedes detenerlo hazle como antes que tenían que pelear la mano de la doncella– eso se había escuchado absolutamente ridículo ¿acaso mi opinión no importaba aquí?.

Salí disimuladamente del cuarto a donde ellos estaban fingiendo que acababa de despertar. –Hola chicos de que hablaban– dije entre un largo bostezo.

–¿Tu que haces aquí?– dijo el chico rubio. –Bueno tal vez me tengo que ir tengo clase.– respondí sin más explicaciones.

–Claro y ¿te iras así vestida?– hasta ese momento me percaté que no llevaba nada puesto más que una playera de Patric.

–Bueno me cambió y me voy ustedes sigan hablando– rápidamente fui a la habitación de Patric donde había varias de mis cosas y me arreglé rápido para ir al colegio.

Salí del apartamento  a toda velocidad pues ya iba demasiado tarde pero no para clases si no para ver a Louis. Llegue al café donde se supone que nos íbamos a ver y lo vi ahí sentado, apenas me vio se levantó con una gran sonrisa en la cara corrí lo más rápido que pude y fui a sus brazos, me aferre a el como si fuera lo único que me mantendría aquí y a salvo.

‐De verdad te extrañaba hace mucho tiempo que no te veía– dije sin soltarlo ni por solo segundo.

–Tardaras mucho en sacarme de tu vida– ambos nos sentamos y comenzamos a charlar de todo lo que nos había pasado últimamente, éramos desconocidos con tantas cosas que nos acababan de pasar entre noviazgos, matrimonio planeado y demonios lo menos malo que nos pudo pasar es estar sin el otro.

–Entoncea te cansarás y no sera con el imbecil de Patric– dijo riéndose de mi trágica existencia.

–Vamos no es tan malo, solo no se llevan bien– sonreí tratando de disimular mi gran desesperación por encontrar algo mejor que casarme a los 18.

–Bueno entonces que es eso de Parabatai– dijo pero no pude responder su pregunta ya que yo tampoco lo podía responder. Así pasaron las horas y se hacía de noche. Mi teléfono estaba en silencio así que no noté las miles de llamadas de Patric y Jace tal vez esto si era urgente, aún así lo ignore me quería deshacer de aquel asunto.

Llegue a mi apartamento pero la puerta estaba abierta. Trate de no hacer ruido y entre lo más silenciosa posible. Cruce por la sala y la cocina pero no lograba ver a alguien, llegue a la puerta de mi habitación logre escuchar a dos hombres diciendo "esa chica estúpida donde habrá dejado la copa" fue lo último que escuché después de que me dieran un golpe por la parte de atrás.

Mi vista se nubló y no pude hacer nada más como pude ser tan tonta para caer en ese juego. Cuando logre despertar mi cabeza está cubierta por una bolsa de tela, estaba amordazada no podía moverme. No sabía quién podría ser aquella persona que me hiciera esto. Hasta este momento caí en cuenta que tal vez eso era lo que Jace y Patric me querían advertir.

Todo y Nada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora