Wayland

86 7 0
                                    

El seguía viéndome con lujuria ambos sabíamos que tenía que continuar lo que teníamos los dos lo deseábamos o eso pensábamos un fuerte golpe nos sobresaltó como si hubiéramos cometido un crimen, me tranquilice y abrir esa puerta.

-hola chicos por que tan serios parece que están en un funeral- al salir esas palabras de la boca del rubio el ambiente ya no se sentía tan tenso solo nos faltaba una persona la cual pensaba que no se aparecería por nuestro show en los casilleros estaba equivocada al cabo de 20 minutos el tocó cuando abrí parecía que no estaba enojado me abrazó y pasó.

No puedo mentir fue agradable estar con ellos sin siquiera notarlo nos estábamos llevando bien cosa que jamás hubiera notado de Pitterson pero algo no me dejaba tranquila sabia que una sola cosa iba a pasar y arruinaría todo dejé mi mente tranquila para seguir estudiando con esos tres chicos tan estupidos.

En mi lugar muchas dirían que estoy en la gloria estando con esos tipos tan atractivos hacia la especie femenina pero a mi me daba igual para mi Luciano exactamente igual tres idiotas siendo unos patanes con todas las chicas de el colegio -t/n nosotros ya nos vamos- dijeron Pitterson y Louis sacadome de nuevo de esos pensamientos -a si claro me quedo con Jace a terminar lo ultimo- apenas pronuncié esas palabras su boca se curvio en una sonrisa tan coqueta que fácilmente me podía hacer caer en sus juegos.

Pitterson y Louis se fueron dejándome con mi perdición -Bueno ya estamos solos- dijo acercándose a mi sigilosamente -ni lo sueñes Wayland- escupi haciendo que su sonrisa se hiciera más notoria -vamos primor me deseas- seguía acercándose a mi lentamente cada vez más era como un juego, el cazador y la presa se sentía extraño después de hacerlo con Pitterson tenia esa duda Jace Wayland será tan bueno como lo cuenta.

-Sabes que hay mejores formas de ligar a una chica- en seguida me miro y dijo -ligar eso no está a mi nivel lo llamo hacerlas caer en mi encantos- me burle inmediatamente soltanto una pequeña risa -vamos conmigo no has podido esos encantos fallan- el ya estaba muy cerca de mi y me susurró al oído haciendo que mi cuerpo se erizara -no dijiste lo mismo en la biblioteca- lo tenía tan cerca era cuestión de un movimiento para ir directamente a mi cama con el -no me dejaste decidir Wayland te recuerdo que me traté de safar- .

Tomo un mechón de pelo mandandolo atrás de mi oreja -te vas a divertir como nunca antes- la curiosidad se apoderaba de mi era casi imposible resistirse a ese rubio pero no quería ser como todas esas chicas con las que coge y las deja ahí solas -juegas sucio eres el típico patán y eso nunca funciona conmigo- el sabía la estrategia había estado con todo tipo de chicas sabia que no iba a ser la excepción -Pitterson no lo hace mejor que yo- apenas escuche eso quedé congelada -de que carajo hablas Jace- dije con tanta firmeza estaba molesta pero no podía ceder a esos juegos.

-Vamos no me hacen tontos mágicamente solo estaban ustedes dos sentados en el sillón sin ninguna platica- cuando lo dijo sentí un alivio pues no tenía pruebas suficientes -que tratas de decirme Wayland que me tiro encima del primero que vea- seguía molesta y parecía que eso le encantaba a el su rostro se posaba en mi lo deseaba tanto pero no seria fácil.

-Oh claro que no mi amor pero las señales son claras, apostemos puedo hacerte sentir mejor que ese idiota- el dijo sin ninguna culpa de sus comentarios -no seré de esas chicas a las cuales te coges y te vas victorioso- dije sin siquiera verlo a los ojos a esos ojos azules tan hipnotizantes -jamás serías como ellas te estas convirtiendo en todo un reto para mi- senti un escalofrío cuando toco mi barbilla par que lo volteara avergonzada no le gustaba que lo ignorara.

-Genial ahora soy un juego para ti ni en tus sueños Wayland- le dijo con un tono frío el sin pensarlo una vez más poso sus labios sobre los míos al instante me levanté de la silla y agarre su cuello mientras mi otra mano jugaba con su cabello, el tomaba mi cintura empujando hacia el; nuestro beso se hacía cada vez más intenso lleno de lujuria.

Todo y Nada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora