Cap 1.

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Iba llegando a mi trabajo como todos los días pero este iba hacer uno de los dias más tranquilos porque era lunes y mi querido jefe no se iba a aparecer por la oficina durante dos semanas porqué se había casado el día sábado y estaría de Luna de miel, no me estaría gritando como lo a hecho durante los tres años que tenía trabajando con él, pero apenas puse un pie adentro de ese edificio de 54 pisos y mire a LeeJong, el guardia de seguridad que apenas me miro y negó con la cabeza, supe que mis dos semanas de tranquilidad se habían convertido en tormento.

"Buenos dias LeeJong". Lo salude como todos los días.

"Buenos dias joven Saeng, lamentó ser yo quien le diga que sus días a partir de hoy serán peores".

Cuando LeeJong, me dijo eso sentí como un escalofrío recorrió todo mi cuerpo sabía que algo malo había pasado.

"¿Por qué dices eso LeeJong?, si podré respirar aire fresco por dos semanas, y no soportare el mal genio de mi querido jefe".

"Lamentó decirte que desde las 7 de la mañana el aire fue contaminado con la presencia del jefe, porqué fue el primero que llegó a la empresa y trae un genio peor que antes".

"¡No me hagas ese tipo de bromas LeeJong, por que no es nada gracioso!, mi jefe en este momento a de estar bien empiernado en su Luna de miel".

"¿Cuál Luna de miel?, el señor Hyun Joong, ¡no se casó!, el novio lo dejó horas antes de su boda y se fue con otro y ya te has de imaginar el genio que trae".

"¡¡¡Aaaay no.. no... no... no!!!, ¡¡ese hombre se va a desquitar conmigo y yo que pensé que seria libre por dos semanas!!"

Entre al elevador y ya sentía que asta las piernitas me temblaban, no podía creer que aún hombre tan guapo como mi jefe, de ojos azules, pelo castaño claro y ese cuerpo de Dios griego que tenía alguien lo podía dejar por otro.

Quería pensar que LeeJong, me estaba haciendo una broma, pero por la cara que tenían todos mis compañeros, me confirmaban que era verdad, mi jefe si estaba en la oficina y no en su Luna de miel.

Cuando llegue al piso 53 donde estaba mi lugar de trabajo todo ese lugar olía a ese perfume que el usaba, entre más me acercaba a la oficina su olor era más fuerte, la puerta de su oficina estaba entre abierta era señal de que aquel hombre estaba ahí, ni siquiera entre a darle los buenos dias como siempre lo hacía a pesar de que nunca me contestaba el saludo.

Entre a mi oficina y me senté detrás de mi escritorio sabia que él de seguro ya sabía que había llegado porque desde que llegue a trabajar había una camarita arriba de la puerta de mi oficina y él me miraba desde su oficina, siempre me tenía vigilado y asta la fecha no sabía si era para asegurarse de que estuviera trabajando o sólo lo hacía para estarme fastidiando.

Fingi no saber que él no se había casado y que estaba en la oficina continua y me puse a trabajar. Como siempre traía mis lentes de nerd que usaba, a pesar de que no los nesesitaba los usaba. La puerta de mi oficina se abrió de repente y apareció mi guapísimo jefe.

"¡¡joven Saeng, ¿por qué llegó asta ahorita si su hora de entrada es alas siete?!!" Gritó aquel hombre furioso.

Me levanté como resorte al verlo delante de mi.

"Lo siento señor había mucho tráfico, no volverá a pasar".

"Eso espero, ¿Sabe cuántas personas bonitas, hay haya afuera que quisieran tener el puesto que usted tiene?" Me miró de pies a cabeza, yo nunca traía los pantalones ajustados, mis camisas eran cerradas, y mi maquillaje era natural, sabía que mi jefe era un *facilito* y que en la oficina no había ni un solo trabajador con quien él, no se hubiese acostado y preferí vestir como un mojigato para que no se fijará en mi.

"¡¡Quiero que se ponga a trabajar y no quiero que nadie me moleste!!" Después de decirme eso salió cerrando con fuerza la puerta, yo sabía que si vestía como lo hacía afuera de la oficina mi jefe me miraría como el más feo de su empresa.

Con lo que él me pagaba y con lo que ganaba en el antro vivía más que bien, tenía mi departamento en una buena zona, un auto último modelo, vestía con buena ropa, por el trabajo en el antro tenía que estar en buena forma y mantener un buen cuerpo.

Todo el día me la pase revisando los proyectos que estaban en proceso, mi jefe no me había molestado y eso era bueno, me había dicho que no lo molestara pero tenía que firmarme unos papeles así que tenía que verle la cara y esperar sus insultos.

Apenas iba a tocar la puerta de su oficina cuando escuché su voz.

"Pasa". Dijo como si supiera que iba a tocar y recordé que el muy mendigo me tenía vigilado. Abrí la puerta y lo miré detrás de su escritorio recargado en su silla con la cabeza hacia atrás y sus ojos cerrados.

"Señor, se que dijo que no lo molestara pero necesito que me firmé unos contratos".

"Déjalos sobre el escritorio y sirveme un vaso de whisky".

Puse los papeles en el escritorio como me lo pidió y me acerqué al minibar que ahí tenía y le serví un whisky. Cuando me di la vuelta ya estaba firmando los papeles.

"Señor, primero debe leer los contratos antes de firmarlos".

"Se supone que usted ya los leyó y esta todo en orden porqué si no fuera así no me los hubiera traído".

Le entregue el whisky y lo miré a la cara y me di cuenta que tenía los ojos cansados como si no hubiese dormido, incluso su corbata la traia desacomodada y su cabello no lo traia peinado como siempre.

"Señor es la hora de mi comida si no me va a necesitar, ¿puedo ir?" Estaba esperando un gritó de su parte pero me sorprendió su actitud.

"¡Puedes ir!"

No podía creer que aquel hombre no me gritará, y antes de que cambiará de opinión salí de su oficina y me fui a comer, cuando regrese él seguía encerrado en su oficina apenas llegue y me habló.

"Joven Saeng, ¿venga a mi oficina ahora mismo?" Su voz era la misma de siempre y sabía que había terminado mi día de tranquilidad. Tome mi libreta de apuntes y fui.

"¿Se le ofrece algo señor Kim?" Le dije apenas entre a su enorme oficina, pero no lo mire sentado detrás de su escritorio, él no estaba ahí

"Si, se me ofrece algo joven Saeng". Me dijo justo detrás de mi, estaba borracho, me hizo dar un brinco al escucharlo tan cerca. "Nesesito desahogarme y olvidar lo que ese maldito me hizo".

Su voz se escuchaba ronca y sus ojos brillaban por el efecto del alcohol, se miraba tan desarreglado.

"Señor creo que ya bebió demasiado". Le quité el vaso de whisky y lo puse sobre la barra. "No vale la pena ponerse de esa manera por alguien". Apenas y se podía sostener de pie de lo ebrio que estaba, lo ayude a sentarse en el sofa.

"Él se burlo de mi todo el tiempo, no me quería sólo estaba conmigo por mi dinero, me dejo dos horas antes de nuestra boda, soy un estúpido YoungSaeng".

De los tres años que tenía trabajando para él nunca me había hablando por mi nombre esta era la primera vez que lo hacía.

"¿Y no cree que le hizo un favor?, debe agradecer de que se largó y no se casó, le dio la oportunidad de conocer a alguien más".

El hombre frío y gruñón que conocía no estaba en ese momento, ahora estaba mirando a un hombre dolido, de corazón roto que estaba ahogando sus penas con alcohol.

"¿Saeng,... tu te has enamorado? ¿Alguien te ha roto el corazón? ¿Alguien se a burlado de ti?" Me preguntó, sus ojos azules me miraban con tanto brillo . "¡Nunca!, permitas que ningún imbécil te lastime Saeng".

"Yo nunca me he enamorado señor, bueno me enamoré cuando tenía 16 años pero no me rompieron el corazón"

Mi jefe se recargo en el sofa recargando su cabeza hacia atrás y poniendo una de sus manos en sus ojos.

Las Apariencias Engañan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora