N U E S T R O P A S A D O

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Reiner amaba a Porco, pero Porco dejó de amar a Reiner.

Reiner no entiende cuando los besos pasaron a ser ataques verbales, los abrazos pasaron a ser golpes ni cuando los regalos dejaron de existir.

Así que ahí estaba el rubio, afuera del departamento de su novio y sentado en la acera del complejo donde vivía. Estaba pensando en donde podría ir a pasar la noche hasta que escuchó cierto ruido de la casa del frente.

— ¡SALÍ DE ACÁ, PENDEJO! — una chica de no más unos 30 años abrió la puerta y sacó a los empujones a un chico castaño, esta cerró la misma con fuerza.

— ¡¿A QUIÉN LE DECÍS PENDEJO, VIEJA BRUJA?! — el chico pateó la puerta. — ¡QUE TU MARIDO TE HAYA PUESTO LOS CUERNOS CON UN MENOR NO ES MÍ CULPA! — Reiner pudo apreciar al joven cuando este se dió vuelta. Calculaba que tiene la misma edad, su pelo castaño parecía suave y sus ojos verdes se asimilaba mucho a una reluciente esmeralda. Ni hablar de su cuerpo, los pantalones de cuero resaltaban  sus hermosas piernas y con la remera negra sin mangas de los Rolling Stones podías apreciar su cintura de avispa.

El rubio estaba hipnotizado, no podía sacar la  vista del castaño, y esto era de tal forma que no cayó en cuenta que tenía al ojiverde frente a su persona.

— Hey hermoso, ¿qué tanto me estabas viendo?

— Lo suficiente para saber que Petra te sacó a las patadas de su casa.

— Su marido es un baboso, al parecer esa bruja no lo satisface en la cama y no tuvo de otra que agarrar a un menor por Facebook. — Largó un suspiro. — En fin, ¿y qué haces vos acá afuera? Dudo que disfrutando las estrellas.

— Tuve una discusión con mí novio y me echó de su departamento, ahora no sé donde ir. — dijo medio cansado.

— ¿Pero vos no tenes padres?

— De hecho sí, pero hoy también tuve una discusión con ellos.

— ¿Te gusta discutir o qué? — soltó el castaño como broma, pero el otro no respondió, realmente estaba desesperado. — Por cierto, me llamo Eren Jaeger. — extendió la mano.

— Reiner Braun. — Este extendió también su mano y se dieron un apretón de manos.

— Bueno Reiner, recién nos conocemos, pero como me caíste bien puedo hacerte lugar en mí casa.

El rubio lo miró con cierta alegría y el castaño pudo apreciar bien los ojos del rubio, eran unos ojos color café bien claros. — ¡¿En serio?! ¡Muchas gracias!

Eren sabía que desde ese momento algo se formó entre ellos.

Como un lazo.

Eren estaba tomando un té en su cama, el otro chico se había ido antes de que él se fuera y se sentía un poco triste, porque lo quería conocer más.

— Se me hizo interesante. — susurró para si mismo.

Dirigió su mirada a la mesa de luz, había un papel con algo escrito. Este estiró su brazo y lo agarró para leerlo.

"Eren, gracias por haberme hospedado por una noche en tu casa.
Te dejo mí número de celular por si queres salir a tomar algo algún día, ya sabes, en plan amistad ;)

- Reiner."

Eren sonrió con cariño.

No todo estaba tan perdido como él pensaba.

TOXIC [snk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora