Ανακάλυψη

Φάντασμα

Estaban debajo de un árbol, donde podían ver todo, pero casi nadie los podía ver a ellos. Cuándo unos chicos comenzaron a molestar al calamar gigante, rompieron a carcajadas cuando los chicos fueron tumbados por un tentáculo y les picaba la panza con fuerza, los chicos trataban de levantarse, pero la criatura no se los permitía.

Harry dejó de reír poco a poco, mientras observaba a Draco. El Slytherin tenía los ojos cerrados, formándose pequeñas arrugas en ellos al tenerlos presionados fuertemente, se le formaban pequeños hoyuelos en sus mejillas que estaban levemente ruborizada por la falta de aire, tapaba su boca con su mano tratando de ocultar su risa, mientras con la otra sostenía su estómago fuertemente. Verlo tan libre, siendo feliz sin ningúna regla de sangre pura de por medio, siendo solamente el, era tan hermoso.

Se sintió maravillado con la imagen que tenía enfrente suyo, se sintió completó y el deseó de ver esa imágen todos los días apareció en su cabeza.

—Creo que me quiero casar contigo— Draco abrió los ojos sorprendido, paró de reír viéndolo ruborizado. Harry se dió cuenta de lo que dijo y también se ruborizó, comenzando a balbucear.

Se quedaron en un silencio, ningúno de los dos decía nada. Se sobresaltaron cuando escucharon a Hermione gritar el nombre de su amigo, buscándolo.

—Te tienes que ir— Murmuró Draco. Harry lo miró y abrió la boca, volteó hacía dónde venía su mejor amigo y luego hacía el rubio, dudando en ir hasta que soltó un suspiro.

—Nos vemos luego— Y se levantó y se fué, Draco se asomó escondiéndose con el tronco del árbol, observó a Harry yéndose con Hermione mientras hablaban.

Soltó un suspiro y llevó sus rodillas hacía su pecho, escondiendo su cara entre ellas, miró hacía el frente y comenzó a reír mientras se ruborizaba cada vez más, se tapó la cara y reía, todo su rostro mostraba la incredulidad que sentía. Sintió las lágrimas bajar por su rostro, gotas tras gota, mientras reía y trataba de retenerlas.

¿Realmente alguien lo ama en este mundo? Lo sentía imposible, no sabía cómo reaccionar a lo que dijo Harry, se sintió abrumado de repente.

Reía por qué amaba a Harry, reía por que el después de todo piensa en un futuro donde ambos estén juntos.

Lloraba por qué no sabía cómo reaccionar, lloraba por que creía que lo iba a arruinar en algún momento.

Eran tantos sentimientos los que sentía en ese momento. "Creo que me quiero casar contigo" se repetía en su mente una y otra vez, daba vueltas en su cabeza, se sintió mareado.

Harry le había demostrado que estaría con el pase lo que pase, cuando su padre regreso a ser un mortífago, cuando fue obligado a tomar la marca, cuando estuvo a punto de matar a Dumbledore, cuando estaban en medio de una guerra, donde ambos estaban de bandos contrarios, el le había demostrado que lo amaba, no se había separado de el aún con todos esos sucesos.

Y sintió la felicidad explotando en todo su cuerpo, lloró por qué se sentía feliz. ¿Si quiera eso tenía lógica? No lo creía, pero tampoco le importaba.

Su amor por aquel chico de ojos esmeraldas era tan ridículamente grande, que no se imaginaba un futuro sin el.  

Se levantó y limpió su cara, en sus 18 años de vida nunca creyó que alguien lograría hacerlo sentir así, mucho menos Harry Potter.

—Estúpido Potter— Murmuró con una sonrisa en su rostro, mientras caminaba hacía el castillo.