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A medía explicación de las notas en un piano siguió estirando el cuello analizando cada gesto en el rostro de su amigo, los miraba reír, y aunque ese no era el problema, si no el hecho de que no hubiera girado a mirarlo ni una sola vez, lo alteraba.

—Joven Jeon ya que noto su entusiasmo en la clase pase a dar una demostración con mi piano. —apenas escuchó su apellido la piel en sus brazos se erizó, las miradas no tardaron en clavarse como flechas a un blanco el cual era su tonto rostro sonrojado.

—Uh, claro.

Iba a tomar su libro pero se lo prohibieron, bajó por las escaleras que a sus costados desplegaban sillas con alumnos. Nervioso obviamente colocó sus dedos en las teclas blancas tocando bien la primera cuartilla.

—¡Perfecto! Pero esto no es el coro navideño, ve a estudiar la partitura Jungkook.

Mordiéndose el labio inferior regresó a su asiento, aunque su atención se desvío a una castaña separada por ocho asientos que se burlaba con señas de su pequeño descuido, luego de mostrarle su dedo corazón, se dejó caer en su asiento, aun inquieto por la interacción entre su mejor amigo y el desconocido a su lado.

Mordiéndose el labio inferior regresó a su asiento, aunque su atención se desvío a una castaña separada por ocho asientos que se burlaba con señas de su pequeño descuido, luego de mostrarle su dedo corazón, se dejó caer en su asiento, aun inquieto...

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—¿Enserio te gusta Kumamon? Esa cosita da miedo.

—Nenita, ¿cómo puede darte miedo una cosita tan adorable?

Su risa era bastante pegajosa por lo que una pequeña carcajada salió de mis labios llamando la atención de más de uno en el aula, incluyendo la pesada mirada de mi mejor amigo.

—Tienes una risa bonita y una sonrisa preciosa, ¿ya te lo habían dicho?

—N-no. —a pesar de que aún se sentía incómodo, esa sensación hostil que normalmente sentía con los demás no la sentía con este chico de labios carnosos y ojos brillantes.

—Bien su único deber es leer el capítulo cuatro del engargolado y hacer otro resumen detallando el significado, pueden tomar su receso.

Luego de que la maestra diera la indicación, el movimiento en el aula no se hizo esperar, todos comenzaron a guardar sus cosas y otros, que ya tenían sus cuadernos guardados, salieron del salón como si de eso dependiera su vida. El pequeño pelinegro se tomó su tiempo para guardar sus pertenencias, pues no quería arrugar ni una sola esquina de sus adoradas partituras.

—¿Quieres almorzar conmigo?

—No lo sé.... yo suelo pasar los recesos con mi mejor amigo... ah, y no sé si él vaya a irse junto a su novio, no lo sé.

—Por favor, necesito un tour por el lugar -Mientras veían a los demás salir, ambos pelinegros se quedaron charlando mientras terminaban de guardar sus pertenencias.

A unos asientos arriba, Jeon se encontraba guardando sus cosas sin cuidado, probablemente arrugando varias hojas pero no le interesó, era más su deseo de acercarse a su bajito mejor amigo, que la estúpida tarea. Al mirar que aún no se desocupaba, decidió esperarlo afuera del salón por tres o cinco minutos siendo interrumpido por un chico.

Viraha | Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora