17.

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Apenas el aire azotó la entrada, Jeon se levantó de donde estaba para quitarse todas las prendas que le molestaban y no le permitían transpirar correctamente. Estaba a punto de irse cuando Jihyo lo sujetó de la muñeca.

—Suéltame

—Quiero que me expliques algo, Jungkook. ¿Porque te sigue causando ruido lo que Jimin haga o deje de hacer? Terminaron hace semanas y ahora estás con Yoongi, ¿no eso debería ser suficiente para eliminarlo de tu cabeza? —él abrió la boca, queriendo decir algo pero sin decir nada. —Si aún lo amas ¿por qué darle esperanzas a tu mejor amigo? Únicamente lo lastimaras si haces todo esto para no quedarte solo.

Sus miradas se conectaron igual que siempre, cuando Jungkook no podía pronunciar nada sin saber que lo arruinaría o empeoraría, por eso la menor soltó el agarre que tenía en su muñeca para dedicarse a recoger sus cosas para irse rendida ante la actitud que Jeon tomó.

—Eres un idiota, Jungkook — masculló antes de irse.

—Eres un idiota, Jungkook — masculló antes de irse

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Tenía sentimientos encontrados. Realmente parecía que todo era una mierda, una grande y jodida. No quería llorar, pero también sentía que se ahogaba por dentro, necesitaba desahogar todas esas emociones que oprimía su corazón. estaba completamente seguro de que Jungkook lo quería, después de todo ambos estaban juntos. Sinceramente quería creer que Jimin había quedado en el pasado, que él ya no vagaba más en la mente del hombre que él amaba.

Porque nada podía ser eterno, deseaba con tantas sus fuerzas que la paz que tenía hace minutos fuera y se quedará eterna. Así no tendría la horrible sensación de querer vomitar.

Probablemente estaba exagerando, seguro solo estaba demasiado sensible e inseguro, Jungkook lo amaba, a pesar de que nunca se lo había dicho, él lo sabía y por eso estaban juntos.

Cuando se cansó de torturarse con sus pensamientos, lo primero que le vino a la mente fue regresar a casa, sin embargo aún no se sentía con la fuerza mental para ver a Jungkook, además de que ya estaba demasiado lejos como para volver a pie, y ya no tenía dinero, y hacía mucho frío. Eso lo llevó a tomar su celular, pero en lugar de molestar a Jungkook marcó el número de otra persona, quien inmediatamente respondió.

—¿Hola...? ¿Mingie, estás bien? ¿Qué pasa? —la grave voz de Jin sono tras el teléfono, parecía que lo había despertado.

—¿Estás... estás desocupado? Amm... necesito ir a un lugar, ¿podrías...?

—Voy para allá —escuchó el sonido de las sabanas y después nada. Cortó la llamada.

—Tonto, no preguntaste en donde estaba. —sonrió mirando el teléfono.

Le envió un mensaje con la dirección del parque en el que había parado y donde se encontraba sentado; no pasó demasiado cuando el sonido del auto sonó en algunas calles. Estacionó frente al jardín y corrió hacía él.

Viraha | Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora