Capítulo 3

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Desperté cuando el sol arrojó rayos en mi rostro por el ventanal, ya se una preciosidad, me levanté con pereza, tape un poco a mi gato que estaba desparramado en los pies de la cama y me dirigí al baño para hacer mis necesidades y bañarme, no sin antes tomar una muda de ropa interior limpia, agradecí por fin tener mi shampoo favorito y mis demás jabones, salí ya bañada y oliendo a fresas, de una de las cajas del suelo saqué unos jeans negros, una blusa roja de tirantes y unas botas sin tacón negras, me las puse, cuando baje mamá ya había preparado el desayuno y me estaba esperando.

— Dios apenas pude levantarme, de hecho, el sol me levanto. —dije rodando los ojos.

— Yo igual estoy muy cansada. —dijo bostezando. — Por cierto, hable a la universidad del pueblo y ya estás inscrita, la verdad me sorprendió que lo hicieran tan fácil, me dijeron que pasarás el lunes 20 minutos antes de la hora para que te den tus horarios. —dijo contenta.

— Espero poder lograrlo, me siento bien y hace bastante que mis poderes no se descontrolan. — la verdad es que me sentía cómoda con mis clases privadas, pero siento que es hora de intentar algo nuevo.

— Si te sientes insegura habla conmigo o con Sebastián, siempre vamos a estar contigo. —me dijo acariciando mi mejilla con cariño. — Por cierto, vamos a comprar la ropa que te prometí. —a ella siempre le entusiasma con las compras.

La verdad es que siempre hemos tenido dinero, el trabajo de mamá es bien remunerado y yo trabajé las últimas 3 vacaciones pasadas así que tengo suficiente dinero en mi cuenta, además los abuelos compensan su ausencia mandándome dinero en mis cumpleaños o dándome cosas como la moto.

Desayunamos entre pláticas normales de que nos gustaría comprar y que nos hacía falta, terminamos y me puse a lavar los trastes y ella se fue a cambiar.

— Listo, vámonos.—dijo caminando al auto, ella traía unos jeans claros y un blusa color azul, con unos zapatos bajos blancos, ya de camino se veía parte del bosque, no era un bosque muy vivo que digamos, algunos árboles se veían marchitos, como viejos después en determinado punto empecé a notar el pueblo, no era muy alegre la verdad, en Ohio era todo bastante colorido y alegré pero aquí es todo lo contrario, paramos frente a una tienda de ropa bastante linda, salimos del auto y nos encaminamos dentro.

Estaba bastante bien y ambas nos ayudamos a escoger bastante ropa, ella compro varias blusas, pantalones y zapatos, y yo también, la verdad estaba bastante contenta con pasar tiempo con mamá, su trabajo le quitaba bastante tiempo y la mantenía en el orfanato atendiendo niños, no me molestaba por qué a ella le apasionaba y para que mentir a mí me gusta ir a convivir con los niños.

Las personas dentro de la tienda nos miraban muy raro, supongo que no era frecuente ver caras nuevas, y por fin después de casi vaciar la mitad de la tienda fuimos a la caja.

— ¡Hola!, gracias por comprar aquí, ¿es todo lo que desean? —dijo escaneando nuestras compras.

— Sí muchas gracias. — contesto mamá por ambas.

Al final fueron 12 bolsas entre todo y como pudimos las subimos al auto, en cuanto acabamos subimos nosotras y a mamá le llegó un mensaje.

— Maldición, quieren que vaya a firmar mis papeles. —dijo con una mueca.

— Sabes cómo es esto, no me sorprende, ve y yo me encargo de lo demás. — comprendía a mamá yo también quería pasar el día con ella.

— Solo es ir al súper, llévate el carro y yo te alcanzo en casa, no está muy lejos de aquí. —

— Solo no llegues muy tarde y si es así mándame un mensaje y te recojo. —dije despidiéndome de un beso en la mejilla.

— Cuídate cariño y por favor no hagas nada imprudente. —salió del auto, cruzo la acera, doblo la esquina y se perdió.

Sombras EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora