Varios años habían pasado, incluso más de una década. Keigo y Dabi se reunieron luego de varios años de sacrificio y esfuerzo, aunque la distancia los separaba nunca estuvieron lejos el uno del otro.
Ambos eran completamente adultos, tenían una casa cómoda en las afueras de la ciudad, en un gran campo abierto y tranquilo, nada había cambiado y su relación era fuertemente estable y prospera. Bueno, nada había cambiado excepto por un pequeño detalle.
-¡Papá Kei, papá Dabi me dijo que parecía una muñeca!
Gimoteó una pequeña niña de seis años, corriendo a apretar las piernas de su padre, Keigo, mientras él preparaba el desayuno.
-¿Qué tiene de malo?, eres la muñequita más preciosa del mundo.
Sonrió el rubio, alzando a su hija besándole la frente y sus cachetes regordetes.
-Pero papá Dabi no dijo que era linda, dijo que era como chucky.
Hizo un puchero, mirando a su padre y afirmandose de sus hombros, a punto de llorar. Keigo maldijo a su novio por dentro y aguantó las ganas de llorar junto a su hija. La bajó y la envío a lavarse las manos para desayunar, mientras él se encaminaba decidido al cuarto matrimonial que compartían, viendo el cabello rojo de Dabi sobresalir entre las almohadas y sus pies colgando.
Le dio un sape y puso los brazos en jarra y las cejas fruncidas.
-Quiero que ahora mismo muevas tu culo de la cama y te disculpes con Toke.
Ordenó, molesto por haber hecho sentir mal a su hija y por no ser capaz de levantarse nunca temprano.
Dabi vio de reojo como su pareja le daba la espalda y abría las cortinas y la gran ventana de la habitación, dejando entrar el aire mañanero y el sol acogedor.
Estiró su brazo y tiró de la camiseta como siempre holgada de Kei hasta tenerlo encima de él y lo abrazó, frotando su nariz en su cuello y respirando su aroma.
No iba a mentir, su vida era perfecta.
Besó al rubio en el cuello tiernamente, subiendo por sus mejillas y llegando a sus labios, tratando de besarlo. En un principio se negó, pero ahora Dabi tenía toda su lengua dentro de la boca de su hermoso novio y a este apretando su espalda, aunque no estaban ni siquiera comenzando cuando una dulce voz lejana los hizo alejarse a máxima velocidad.
-¡Papi Keeeeeei, mira, mira, mis manos se pusieron frias!
Los pasos cortitos y acelerados hacia la habitación de ambos padres los hizo mirarse y sonreírse con complicidad, convencidos de la ternura inagotable de su hija. Una vez llegó al cuarto, vio que su "papá Dabi" estaba sentado en la cama y le dio la espalda, mostrando su claro enojo. Kei la levantó en sus brazos como acostumbra hacerlo y la sentó con él a los pies de la cama, dándole una mirada asesina a Dabi, quien supo enseguida qué hacer. El pelirrojo se acercó por detrás de su hija y la tomó por debajo de los brazos, tirandola hacía él y abrazándola, haciéndole cosquillas y dándole besos por sus mejillas. La niña reía casi en contra de su voluntad.
Amaba mucho a sus dos padres, y aunque no lo entendía muy bien, ellos eran buenos con ella y también la amaban, y eso era suficiente para tener una familia completamente feliz.
Desayunaron, y Dabi lavó los trastes en compañía de la tercera integrante de la familia, Kei hizo los cuartos y subieron a su auto, encaminandose a ver al abuelo, es decir, el padre de Kei, y a la abuela, la madre de Dabi, quienes en contra de todo pronóstico se hicieron muy buenos amigos. Enji desapareció de las vidas de todos, incluso Fuyumi se alejó de él.
Todos pudieron seguir con sus vidas y buscaron la felicidad; Natsuo tenía a su esposa, Fuyumi a su esposo y un bebé en camino, y Shoto estaba hacía años con un amable chico llamado Midoriya.
Aquellos dos realmente consentían mucho a Toke.
-¡Papá, papá, mira lo que me regaló el tío shoto y el tío Izuku!
Mostró un osito de peluche a Kei, subiéndose a su regazo.
-Es muy lindo, tienes que ponerle un nombre.
Le sonrió.
-Quiero que se llame Kei y Dabi, papá.
Hizo un puchero, apretando el osito contra su pecho.
-¿Quieres que se llame como nosotros?, debes elegir uno.
Acotó Dabi, sentándose a un lado de su novio con una taza de café.
-No puedo elegir uno solo, papá, porque los amo mucho a los dos, ¿ves?, se va a llamar DabiKei.
Decidió, con un semblante casi enojado por haberla hecho elegir indirectamente.
Dabi se sonrojó y dejó caer su cabeza en el hombro de su hermoso rubio, recordando súbitamente todo lo que tuvo que pasar y lo enormemente feliz que era ahora.
Tenía una hermosa familia, y aunque aquella preciosa niña era adoptada, él iba a ser el padre que nunca tuvo, él sería el mejor.
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Ahora es niñera. [dabihawks]
FanfictionUna situación cliché, un amor a primera vista, y una relación adolescente. -Tu cara es bonita, enano. -Me llamo Keigo. [dabihawks, universo alterno, +18]