Capitulo IV

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Nashira y sus amigos iban caminando por las doce casas hacia la salida donde se despedían cada uno de sus guardianes, especialmente de los gemelos de Kanon, este disimulaba una cara amable, pero escondía una profunda tristeza donde la Capricornio no pasó desapercibida.

El trío más poderoso siguió su camino hacia la salida y Rosalía comento:

–Oigan, ¿no notaron algo raro en el señor Kanon?–

–Pues, por su cara debe ser el estrés de mantener dos bebes al mismo tiempo– opino Jinmen.

Nashira estaba pensativa, la mirada de Kanon no ha dejado de quitarla de su mente, sentía que algo malo le estaba ocurriendo, no solo lo había visto en los ojos, sino en su cosmos que se sentía algo abrumado:

–Nashi-chan, ¿pasa algo?– pregunto Jinmen.

–Si, te has quedado muy pensativa– dijo Rosalía, pero no era tonta, aunque ambas portaran máscaras, sabia cuando su compañera tenía esos estados de ánimo.

–No es nada, lo que tenga el señor Kanon no nos incumbe, debemos apresurarnos antes de que se nos haga tarde– dijo adelantando el paso, los hermanos solo se dispusieron a seguirla.

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En otro lugar, Saga se había puesto una capucha gracias al suéter negro que portaba para poder pasar desapercibido en el santuario, sonreía satisfecho al ver que las personas con las que se involucraba eran infelices, incluido su "adorado esposo" Aioria, ese iluso estaba muy enamorado pese a los maltratos y palizas que le daba, pero aun así seguía a su lado como si fuera un perro fiel a su amo y eso lo hartaba donde no podía creer que una persona como Aioria fuera tan débil con un enorme grado de sumisión, patético.

Pero por otra parte, como había ido al santuario en secreto, no podía quitar de la cabeza esa hermosa morena de cabellos castaños, pero no ser por la máscara, apostaba que su rostro debía tener unas bellas facciones que opacaban a las estatuas griegas. Aparte del físico, se había fijado que esa jovencita tenía un carácter dominante que la hacia toda una lideresa y además muy fuerte tanto físico como cosmos, estaba fascinado, pero descubrió que esa bella morena es hija de su ex amor Aioros y de Shura, el hombre que se lo arrebato.

Su mente comenzaba a maquinar y estaba decidido en arruinarle la vida a esa muchacha para que ella pagara de una vez por todas el desprecio de Aioros, y de Shura en quitarle lo que le pertenecía.

Estaba tan concentrado en eso que no se fijó que se había tropezado con tres adolescentes:

–¡OYE FIJATE VIEJO!– grito un joven peliazul.

–¡FIJATE TU! ¡CHAMACO INSOLENTE!– le devolvió el grito.

–¡¿QUÉ DIJISTE...?!– grito para abalanzarse sobre él, pero fue detenido por una jovencita de cabellos celestes cortos y enmascarada con motivos de peces.

–¡Hermano cálmate! ¡Hay que irnos de aquí!– exclamo tomando a su hermano del brazo para seguir con su destino.

Saga se había fijado que la tercera adolescente era esa morena que había visto solo que ella llevaba por atuendo una blusa amarilla pegada a su escultural silueta, pantalones cortos que revelaban así sus carnosos muslos, una chaqueta de lana negra que le llegaba igual a los muslos, cabello largo hasta las caderas, pero su rostro estaba cubierto por esa molesta mascara con motivos de cuernos morados. Verla de nuevo con esa apariencia de civil le prendía donde comenzaba a arderle la entrepierna.

Así que cuando perdió el rastro del trío de adolescentes, se adentró en un callejón donde comenzó a atender esa necesidad primero bajando sus pantalones hacia el suelo, tomo su miembro con su mano derecha y la otra la apoyo en la pared. Comenzó a mover su mano frenéticamente con la imagen de esa morena en su cabeza y 5 minutos después se corrió manchando la pared de blanco, se subió los pantalones y salió de allí. Estaba decidido, haría la vida imposible de esa morena, producto del amor entre Aioros y Shura se tenían.

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En otra parte, los gemelos habían acabado su desayuno y le habían pedido permiso a Aioria para que salieran a jugar a la pelota allá afuera donde el mayor les dijo que no se alejaran demasiado y los menores le obedecieron.

Sus nombres son Cosme y Damián, ambos son producto del cuarto embarazo de Aioria, nacidos en un 18 de Agosto completamente sanos, ambos hermanos son muy unidos y no se despegaban del uno y del otro ya que ambos nacieron en Leo donde no compartían la maldición del odio a los gemelos que contrariamente son nacidos del signo Géminis. Los hermanos habían nacido con inteligencia y sabían como identificar lo bueno y lo malo de este mundo, inclusive personas.

Los gemelos habían despertado su cosmos cuando cumplieron los 2 años de edad debido a que recibieron la primera paliza que les había hecho su padre Saga, cuando su este se había ido para desquitarse con su "madre", se les había manifestado una luz dorada en sus pequeñas manitas donde accidentalmente descubrieron que una de las heridas se había borrado de su superficie y no dolía donde a partir de ahí que cada vez que su padre los golpeaba, se curaban con esa luz de sus manos donde eso se había convertido en un pequeño secreto de ambos.

Descubrieron que ambos no eran los únicos usando ese poder ya que habían visto a escondidas que su "madre" también lo usaba para sanar sus heridas, así que no hacía falta contarles a su "madre" sobre su nuevo poder recién descubierto.

Damián, el mayor, había estado entrenando en secreto para poder poner en su lugar a su abusivo padre, no entendía porque su "madre" decía amarlo con devoción si él era un completo malvado sin corazón, en cuanto Saga salía de la casa en la noche, el salía afuera a entrenar arduamente sin descanso. En cuanto a Cosme, él quería ser un médico para poder ayudar a personas y niños como en su situación.

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En el templo de Aries, Mu había reunido a Kiki, a su esposo Aldebarán y a los mellizos de 10 años Tavros y Hamal, uno nacido en Tauro y uno nacido en Aries, se hallaban en una comida de convivencia, el ariano mayor tenía una declaración para toda su familia:

–¿Cuál es el misterio maestro?– dijo el peli naranja de 22 años.

–Kiki, no me digas maestro, recuerda que tú eres el patriarca–

–Perdón, es la costumbre– dijo sacando la lengua de lado.

–Bueno, los he reunido aquí porque yo... estoy encinta, Alde serás padre de nuevo y niños tendrán un hermanito– dijo feliz posando ambas manos en su vientre.

Los demás había quedado en shock, pero se les paso al ver que el titánico marido de Mu se levantó para cargar al menor entre sus fornidos brazos:

–Me alegro enormemente por ti Mu, ahora nuestra familia está creciendo– dijo besándolo en sus labios.

–Felicidades maestro, señor Aldebarán– dijo el joven patriarca con una sonrisa.

–Mama, ¿Qué será?– dijo Hamal.

–Si, mama, espero que sea una niña– dijo el niño corpulento.

–¿Por qué una niña?– pregunto con duda su hermano.

–Para darles una paliza a los patanes que se atrevan acercarse a ella– dijo sonriendo mientras golpeaba su palma contra su puño.

Al decir eso, todos los presentes se rieron. Era un día como cualquier otro con la familia Tauro-Aries, alguien había escuchado esa noticia y ese alguien le había roto el corazón, ese alguien era Shaka que aún no superaba el amor por Mu y no sentía el derecho de destruir esa felicidad.

En sus brazos tenía una beba en brazos que estaba amenazando con llorar:

–Ya vamos a tu hogar, pequeña Sorano– dijo besando su cabecita y siguiendo su camino al templo de la virgen.

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Abre los ojos, AioriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora